SECRETOS DEL CORAZÓN

Ya tenemos cama nueva. Bah, en realidad, todavía no. Ayer la compramos pero recién nos la entregan el próximo lunes. Sucede que, cuando Víctor vino a vivir a Buenos Aires, mi cuarto estaba acondicionado a mi realidad de soltería y mi cama era de una sola plaza. Por fortuna, Adriana (la madre de mis hijos) decidió por entonces cambiar su colchón (el mismo que compartimos hasta hace siete años) y al final terminó en mi cuarto, sobre dos camas de una plaza yuxtapuestas. Como podrán imaginarse: una tortura para mi ya anquilosada columna vertebral.

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Hubo algunos inconvenientes de orden financiero, pero al final conseguimos lo que queríamos: colchón y sommier de primera calidad, garantía FALABELLA. ¿Será que desde el lunes en adelante podré dormir plácidamente durante toda la noche...? Ah, ¿ustedes opinan que mi falta de sueño no tiene nada que ver con la cama? Puede ser, je je. No había pensado en esa posibilidad...

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Lo cierto es que, después de la compra, teníamos que festejar de algún modo. No... no piensen que fuimos a algún hotel sofisticado o que nos fuimos de copas. Lo nuestro es más sobrio: fuimos a cenar y luego al cine. Bueno, lo de cenar es una manera de decir. El patio de comidas del UNICENTER estaba atestado de gente y teníamos poco tiempo antes de que comenzara la peli. Terminamos comiendo un sánguche en Sésamo, muy a las apuradas, puesto que además la atención estaba a cargo de una única niña que hizo lo posible por ser expeditiva, pero no le salió muy bien, en verdad.

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Sin embargo, la elecciòn de la película fue todo un hallazgo. No había mucho para elegir:

- "Piratas del Caribe": ya la vimos hace dos semanas con mis hijos y nos gustó muchísimo a los cuatro. - "Vecinos Invasores": idem.

- "Superman": no me convence mucho pagar una entrada para ver a ese héroe tan ñoño.

- "Gardfield 2": vi la primera y me quedo con los dibujitos de la tele... TODA LA VIDA.

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La cuestión que no quedaba mucho para elegir. Sólo "Secretos de Diván" ("Prime" en su versión original). El reparto era más que interesante (Merryl Streep y Uma Thurman entusiasman a cualquier amante del cine). La única contra era que se trataba de una comedia y uno ya ha salido desilusionado de tanta comedia hollywoodense que no sabe si volver a intentarlo. Pero, frente a la falta de mejores ofertas, la elección era simple.

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Rafi Gardet (Uma Thurman) es una recién divorciada de 37 años que comienza a salir con David (Bryan Greenberg), un joven de 23 que, confirmando la teoría de que el mundo es un pañuelo, resulta ser el hijo de su psicóloga (Meryl Streep). Cuando se descubre este dato es cuando la comedia comienza a serlo verdaderamente, y Meryl Streep se encarga de ello. Imagínense que estamos hablando de una psicóloga judía cuyo hijo de 23 está saliendo con una divorciada de 37, ¡que encima no es judía! En malas manos esto es material como para una catástrofe. Bryan Greenberg, a quien no había visto antes, y Uma Thurman llevan el peso más bien romántico de la historia, dejando el humor para Meryl Streep que no hace uso de la exageración (afortunadamente) y cuyas escenas descubren las piezas del rompecabezas que faltan.

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No voy a sucumbir a la tentación de contarles la película (y juro que debo hacer un enorme esfuerzo), pero no puedo evitar mencionar el nudo de la trama: ¿qué se necesita para que un amor sea inolvidable?

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"Secretos de Diván" no es una comedia romántica más. No solo plantea, con gracia pero con crudeza, las dificultades que debe sortear un amor signado por la diferencia de edades, sino que también expone verdades que visten la historia de un halo de verosimilitud muy lejana a las novelas rosa, a las que el cine nos tiene acostumbrados. "El amor no es suficiente", le dice en un momento la psicologa a su hijo. Amar es trabajar para que el amor perdure. Pero atención: para que el amor perdure, no para que triunfe. Porque como bien decía, en mi post anterior, Richard: "si ese amor tan copado surge, se abre una puerta en tu alma, que nunca se va a cerrar. Quizás puedas seguir adelante con tu vida, con otras personas, pero jamás vas a dejar de amar a esa persona". Coincido plenamente. Y el guionista de la peli parece que también.

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Anoche, durante la función, recordé con mucha emoción a las tres personas que más he amado en mi vida, estando abrazado a la cuarta (no hace falta mencionarlos; ellos saben quiénes son). Si les interesa saber si lloré, es casi una obviedad: ¡por supuesto! Lloré porque fui feliz junto a ellos, lloré porque no lo fui... lloré porque parte importante de lo que soy se lo debo a ellos... Y no puedo menos que estarles inmensamente agradecidos, porque en todos los casos los he amado con el alma y ellos han retribuido mi amor con creces. Aún los amo, siempre los amaré y sé que a ellos les pasa lo mismo, aunque sepamos que ya nunca volveremos a vernos.

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