martes, 13 de diciembre de 2011

¿Ustedes son trezidavomartiofóbicos?




Jajajaja... Supongo que la mayoría de las personas que reciban esta pregunta se encontrarían en un serio aprieto. Yo hubiera sido una de ellas hasta hace tan solo un par de horas.

Aunque les parezca ridículo... perdón, corrijo... aunque SEA ridículo, ¡existe una palabra para designar a la fobia contra los MARTES 13! Esta es "trezidavomartiofobia". Y no es la única en su tipo: también tenemos "tocaidecamestafobia" para los que le tienen inquina al VIERNES 13 ó "triscaidecafobia" para los que tiemblan en presencia del mero numerito equivalente a 10 más 3. Se nota que también en el ámbito de la lengua hay gente que no tiene mucho qué hacer.

La información llegó a mi conocimiento a raíz de una repentina (e idiota) curiosidad por saber de dónde ha salido la superstición contra el martes 13, día que ha comenzado hace poco menos de cuatro horas (está claro que yo también puedo estar muy al gas para ponerme a escribir estar idioteces a estas horas de la madrugada).

Las viejas de la familia solían repetir aquello de "En martes 13 no te cases ni te embarques" y ahora vengo a caer en la cuenta de que era una versión libre de la verdadera (un poco más rimada): "En 13 y martes / no te cases ni te embarques". Es que las viejas de antes no eran dadas a la pureza poética.

Según Wikipedia, el número trece fue considerado como de mal augurio ya desde la antigüedad. En la Última Cena, había doce apóstoles y Jesús y, como la gente es ladina y siempre trata de acomodar las cosas a su conveniencia, se considera a Judas (el malo de la historia y no otro) como el número 13. Por otro lado, la Cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas. En el Apocalipsis, su capítulo 13 corresponde al Anticristo y a la Bestia. También una leyenda escandinava cuenta que, en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal, era el 13° invitado. Y como si todo esto no fuera prueba suficiente: en el Tarot, este número hace referencia a la muerte. Con semejantes indicios, ¿quién que esté en sus cabales podría no transformarse en un triscaidecafóbico de fuste?

Claro que si se trata de justificar el pánico hacia la combinación del numerejo con el día martes, la cosa se pone un poco más peliaguda.

Parece ser que la fobia por los días martes surgió por culpa de los turcos, que no tuvieron mejor idea que conquistar Constantinopla un día MARTES 29 de mayo de 1453. ¡Vamos!, que la culpa también podría ser de los bizantinos, por dejarse conquistar también en la misma fecha, ¡qué joder!. Encima, el martes es el día dedicado a Marte, el dios romano de la guerra, la destrucción, la sangre y la violencia. Ahí sí tenemos un punto más o menos importante. Pero la cosa vuelve a hacer agua cuando le hacemos caso a la leyenda que dice que un martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel. Con tanto bolonqui lingüístico, bien podrían haberse confundido de día ¿no?

Obvio que la persona que escribió el artículo de Wikipedia no se privó de nada y agregó una nutrida sección de "curiosidades" (con la prudente aclaración que reza: "Las secciones de curiosidades deben ser evitadas", a partir de lo cual podemos concordar en que ¡todo esto es un terrible y gran disparate!):

  • Los antiguos egipcios consideraban que la 13ª fase del ciclo de la vida era la muerte; esto es, la vida después de la muerte, que pensaban que era una vida ideal y mejor.
  • La carta de la Muerte en una baraja de tarot es la número 13, aunque en este caso representa la transformación, el cambio.
  • Algunos edificios omiten el piso 13, saltando del piso 12 al 14 para evitar la angustia de los triscaidecafóbicos, o utilizando en su lugar 12A y 12B. Esto también se aplica en ocasiones a los números de las casas o habitaciones (como, por ejemplo, en los hospitales).
  • Lo anterior también es válido para las filas de asientos en los aviones. Los aviones de la compañía aérea española Iberia, los de la italiana Alitalia y la panameña Copa Airlines no tienen en su numeración dicho número: la fila que sigue a la 12 es la 14.
  • Algunas ciudades se "saltan" la 13ª Avda. No es el caso de Sacramento, California, que tiene una intersección donde se cruzan la 13th Street y la 13th Avenue.
  • El compositor Arnold Schoenberg padecía triscaidecafobia. Irónicamente, nació y murió el día 13 del mes, a la edad de 76 años (7 + 6 = 13).
  • El álbum musical Room for Squares, del compositor y cantante norteamericano John Mayer, consta de 14 pistas, aunque la 13ª es de 2 segundos de silencio (el mínimo de duración de acuerdo a los estándares) y no aparece en la carátula del álbum.
  • El álbum Alivio de luto, de Joaquín Sabina, tampoco presenta este número: después de la pista número doce viene la pista "+uno".
  • Todos lo discos de la banda uruguaya No te va gustar carecen de una pista número 13, pasando directamente de la 12 a la 14.
  • El avión caza alemán desarrollado tras el He 112 fue designado He 100 para evitar la designación He 113, la cual se consideraba desafortunada, puesto que Adolf Hitler era triscaidecafóbico.
  • En los Estados Unidos, nunca ha existido un caza denominado F-13, dado que muchos pilotos son supersticiosos.
  • La compañía Renault ha contado, a lo largo de su historia, con una serie de modelos numerados. Desde el Renault 3 al Renault 25, existen modelos con todos los números, excepto con el 13.
  • Ángel Nieto fue campeón del mundo de motociclismo en 13 ocasiones, pero él siempre hace referencia a que lo fue en 12+1 ocasiones.
  • En la mayoría de las competiciones de automovilismo y motociclismo no se asigna el número 13 a ningún participante.
  • El programa de diseño gráfico CorelDRAW cambió la numeración al llegar a la versión trece, denominándola CorelDRAW X3 (donde la X representa el 10 en números romanos). De manera similar, el paquete Microsoft Office pasó de la versión 12 (Office 2007) a la 14 (Office 2010); según declaró Jensen Harris, Lead Program Manager para el Microsoft's Office User Experience Team, el 13 fue omitido debido a la aversión por dicho número.
  • WinZip no sacó una versión número 13 de su programa, pasando directamente de la 12 a la 14.
  • En la actualidad el sistema de Metro de Madrid tiene 12 líneas, y la próxima en ser puesta en servicio será la línea 14, evitando el número 13.


O sea que, ya saben, si se están comiendo el decimosegundo huevo frito, ¡DETÉNGANSE! El próximo les podría provocar un fatídico ataque de hígado.


Esto es todo por hoy. Desde las cálidas y siempre misteriosas callecitas de la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que, después de haber leído esta sesuda investigación, se alegra de vivir tan solo en un tercer piso, de que en Buenos Aires haya solo seis líneas de subte, que sus calles no sean numeradas y todas esas bobadas que parecen ser tan importantes, je.


jueves, 8 de diciembre de 2011

Diego Rivera - 125 años



Uno de los pintores más grosos de la historia de la humanidad. Vale la pena entrar en Wikipedia para saber un poco más sobre Diego Rivera, su obra y su pensamiento.

Hoy se cumplen 125 años de su nacimiento y bien se merece el recuerdo.




miércoles, 7 de diciembre de 2011

La Biblia y el Calefón - La historia jamás contada


El texto que sigue no me pertenece e ignoro quién pudo haberlo escrito. Pero nos plantea una situación bastante peculiar, sobre todo para los amantes del tango como yo. No sé qué grado de verdad tenga esta crónica pero ciertamente no me parece descabellada y, de ser cierta, añade aun más brillo a la genialidad de Enrique Santos Discépolo. 




Se habla de ello y la mayoría no sabe de qué se trata:

He aquí la historia de un hecho de la vida cotidiana, que acontecía en la ciudad de Buenos Aires –no sé si en otros lugares pasaba o no–, y que explica el porqué de la aparentemente surrealista asociación de la Biblia junto al calefón que aparece en el tango "Cambalache", cuyas letra y música fueron compuestas por Enrique Santos Discépolo en 1935.

La historia tiene relación con los baños, la higiene personal y la forma de realizarla; y como no se me escapa que algunos lectores pueden ser jóvenes y pueden no haber conocido otro tipo de baños que los que se estila usar en la actualidad al menos en el mundo occidental y cristiano, voy a recordar primero un par de datos que considero necesario sean tenidos en cuenta.

Los baños que conocemos y que en algunos lugares son llamados 'completos', es decir, los que constan como mínimo de retrete inodoro, lavabo y ducha (algunos exquisitos, como el irresponsable que escribe, exigen que además tenga bidet –artefacto desconocido en muchos sitios–) son relativamente nuevos.

Hasta finales del siglo XIX se utilizaban bacinillas (también llamadas ‘tazas de noche’), cuyos contenidos eran arrojados por las ventanas al grito de "agua va"; y antes aún, letrinas, que solían estar en los fondos de las casas. En Buenos Aires coexistieron bacinillas y letrinas hasta principios del siglo XX, época en que las familias ‘acomodadas’ comenzaron a instalar baños.

Luego el uso de baños se generalizó y se empezó a construirlos en todas las viviendas, aun en las más modestas. El sencillo 'miniambiente' constaba al menos de retrete y lavabo y si los lujuriosos dueños de casa gustaban de practicar la morisca costumbre de lavarse todo el cuerpo más o menos seguido, y si además tenían medios económicos suficientes como para costearse ese capricho, los baños también tenían una ducha. Claro, si había una ducha era necesario calentar el agua, así que al lado de la ducha se instalaba un calefón.

Sin embargo, el papel higiénico tardó en obtener su carta de ciudadanía para poder trabajar en limpio en estas sucias tierras y aun cuando apareció era bastante caro y no estaba al alcance de todas las familias, las cuales se veían obligadas a utilizar para esos fines sanitarios el vulgar papel de diario o, en su defecto, cualquier otro. Por supuesto, eran muy estimados los papeles más sedosos, así que los sufridos usuarios trataban de conseguir en las verdulerías y fruterías los papeles con los que venían envueltas las manzanas y otros productos de campo. Otro muy apreciado era el llamado ‘papel biblia’, especialmente delgado y suave.

Ahora bien, ya por entonces existía la Sociedad Bíblica, una de cuyas misiones parece ser la de difundir la Biblia protestante, para lo cual regalaba ejemplares del sagrado libro –en la actualidad, lo sigue haciendo–.

Pues, muchos de los habitantes de Buenos Aires deben de haber parecido devotos creyentes, ya que aceptaban de continuo esas gentilezas, y que siendo mayoría la grey católica, lo mismo pasaban y retiraban la biblia protestante tantas veces como sabían que la Sociedad las tenía en obsequio en las calles, plazas o en su sede central .

Sin embargo, cuentan los hombres dignos de fe (aunque Alá sabe más) que quienes obtenían esas Biblias les perforaban una tapa y las colgaban de un gancho de alambre, al lado del calefón, cerca del retrete, e iban arrancando las suaves hojas para usarlas como papel higiénico.

En este hecho se habría inspirado Enrique Santos Discépolo para decir con elegancia propia de un grande:

Igual que en la vidriera irrespetuosa 
de los cambalaches se ha mezclao la vida, 
Y HERIDA POR UN SABLE SIN REMACHE 
VES LLORAR LA BIBLIA JUNTO AL CALEFÓN.



Esto es todo por hoy. Desde las cálidas callecitas de la siempre mágica y misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que se sentiría muy feliz si alguna de las personas que pasan por este blog tiene algún conocimiento que pueda echar luz sobre este asunto tan pintoresco.




 

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Ascos, asquitos y asquetes







Mientras fui chiquito (que yo también lo fui alguna vez) mi vieja se cuidó mucho de decir malas palabras. Incluso se enojaba cuando era yo quien, por error o no, las decía. Pero con el paso del tiempo, la costumbre se fue relajando y, poco a poco y sin que a nadie le llamara la atención, los “carajo” y los “mierda” pasaron a formar parte del diálogo cotidiano. Aun así, no sería justo decir que fuera mi madre una gran puteadora, como creo que tampoco lo soy yo. Pero lo cierto es que puedo recordar con claridad cuál fue la primera frase “relajada” que le escuché. En relación a una señora que parecía muy estirada, dijo: “Esa es de las que le tienen asco a la propia mierda”.

Recordé la anécdota días atrás.

Como gran admirador de Antonio Gasalla, había puesto Telefé para disfrutar el regreso de “La Abuela” al show de la inefable Susana Giménez, programa que de otra manera no representaría una opción a la hora de elegir algo con qué entretenerme en la televisión. Y así fue como me convertí en espectador directo de la anécdota lamentable que ya todas y todos conocerán: ante la negativa de la “diva” a reincidir en el plano amoroso, la Abuela lanza la frase “Te vas a hacer lesbiana, Susana”, a lo cual la rubia responde con un horrorizado y estridente “NO, ABUELA, ¡QUÉ ASCO! ANTES LA MUERTE”. Y, automáticamente, no sé por qué me acordé de la frase de mi vieja. ¿Por lo del asco será?

La escena fue fuerte. Semejante exabrupto en referencia a un judío (por ejemplo) hubiera desatado una batahola de reclamos y de cuestionamientos, se hubiera hablado durante semanas hasta en los programas de chimentos y tal vez hubiera merecido algún tipo de intervención judicial. Recuerdo, sin ir más lejos, las importantes repercusiones que tuvo su desafortunada “El que mata tiene que morir”. Sin embargo, en este caso en el que la ofensa iba dirigida contra la parte femenina de la comunidad LGBT, tuvimos que contentarnos con algún que otro reporte en los programas de archivos (que en general se limitaron a tomar para la chacota la previsible vacuidad cerebral de la conductora), con alguna somera referencia en algún matutino y con un artículo algo controversial en el sitio de TN escrito por Osvaldo Bazán. Claro que también la FALGBT hizo escuchar su voz, como le correspondía en función de su carácter de defensora de los derechos de nuestra comunidad. Desconozco si la CHA emitió algún documento semejante.

En los foros y los muros de Facebook también hubo alguna repercusión pero nada remarcable. Extraño. Sobre todo si tenemos en cuenta que, entre los comentarios vertidos, no fueron pocos los que pretendían quitar importancia a las manifestaciones de la rubia o incluso justificarlas. Todo en nombre y defensa de la libertad de expresión. Ni siquiera faltó quien buscara el justificativo por el lado de “le da asco SER lesbiana, no LAS lesbianas”, ¡lo cual me parece un insulto a la inteligencia de quienes pudimos leer semejante despropósito! Si le da asco ser lesbiana, es porque le dan asco las lesbianas. No hay manera de verlo de otro modo. A mí me da asco la mierda justamente porque es mierda, pero si una señora me invitara a la cama, hoy por hoy, declinaría amablemente su propuesta porque sencillamente mis gustos van por otros andariveles. Respeto la elección sexual de todo el mundo pero la de esta señora no la compartiría. Hay diferencia ¿no? ¿O eso es lo que Su Giménez llama asco?

Para algunos, no es tan reprobable decir que las lesbianas son seres repugnantes. Para otros, los que estamos en falta seríamos, paradójicamente, quienes salimos al cruce aseverando que el mensaje de Su es un mensaje de odio y altamente discriminativo. Para estas gentes, nosotros somos INTOLERANTES.

Y es aquí donde la cuestión empieza a hacerme ruido realmente.

Yo creo fervientemente en la libertad de expresión. Pero no me parece que pueda ser utilizada para justificar cualquier cosa. Mucha gente en los últimos años ha hecho uso y abuso de su derecho a expresarse, llegando a veces casi hasta la apología de algún delito. Por citar solo algunos ejemplos, se la ha escuchado a la misma Susana pidiendo mano dura, a Duhalde reclamando a favor de los que quieren a Videla, a su señora esposa acusándonos de complicidad con los traficantes de bebés, a Negre de Alonso diciendo que el matrimonio igualitario solo incentivaría el tráfico de esperma... y la lista de iniquidades sigue y sigue. En cada uno de esos casos, no era el derecho de las personas a decir lo que pensaban lo que estaba en juego (eso se da por descontado en un sistema democrático) sino los efectos que tales aseveraciones pueden provocar en la vida del ciudadano común. De hecho, cada uno de los mencionados fue fuertemente criticado por la comunidad en general. Nadie tiene por qué callar lo que considera una verdad. Pero no es menos cierto que debe hacerse cargo de las consecuencias de lo que dice o hace. Eslo también es convivencia.

Tolerar es hacer la vista gorda frente a algo que uno considera reprobable. Uno es tolerante con lo que le rompe las pelotas pero, para evitar inconvenientes o males mayores, deja pasar. En cuanto a Su, tolero que ella carezca de los filtros necesarios como para ejercer responsablemente su rol privilegiado en los medios de comunicación. Tolero sus prejuicios, tolero su incapacidad para medir las consecuencias de lo que dice, tolero su desprecio por las personas que asumen una posición diferente ante la vida... En resumen: sus actitudes gozan de mi más amplia tolerancia pero no cuentan con mi respeto más elemental. Sí respeto su derecho a decir lo que se le venga en gana, pero cualquier hijo de vecino sabe que todo acto tiene consecuencias. Y en el caso que nos ocupa, la consecuencia más directa será el enérgico repudio de quien suscribe hacia sus dichos y hacia su ideología mezquina. Sería de mi agrado, no obstante (dado que no imagino a SG afligida por causa de mi enojo)... sería de mi agrado que llegara el día en que tales manifestaciones fueran también pasibles de algún tipo de penalidad por parte de la justicia, en tanto ecos de una cultura machista y prepotente. No me caben dudas de que la discriminación debería ser un delito punible. Sobre todo en casos como estos, en los cuales la “desbocada” resulta ser una persona que maneja un medio de comunicación con mucha llegada entre la gente común, aun entre algunos de los miembros de la comunidad LGBT, quienes (en una especie de síndrome de Estocolmo) se solidarizan con alguien que nos tolera pero no nos respeta. Aunque tampoco deberíamos ponernos en víctimas privilegiadas. Después de su “pedido de disculpas”, de acuerdo a las exigencias de la carta documento librada por la FALGBT, quedó más que claro que su falta de respeto hacia la dignidad ajena no se circunscribe a gays y lesbianas. No de otra manera puede entenderse la frase final: “si todos se ofenden en este país, pronto no se va a poder hablar…”. Claro. Es que personas de la calaña de Susana Giménez jamás van a comprender la conveniencia de callarse la boca. Mientras sigan facturando, todo vale.

Esto ha sido todo por hoy. Desde las callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que sería un poco más tolerante tal vez si, detrás de estos flagrantes mensajes de odio, no se escondiera la justificación para los abusos y las muertes perpetrados en nombre de la moral y las buenas costumbres.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Dos viudas en su laberinto


Se dice que es una maldición árabe. Yo ignoro su origen, pero me consta que hay quienes, para desearte lo peor, te enrostran un “ojalá que te enamores”. Y es que el amor resulta una cosa bastante inasible, inabarcable que (en el mejor de los casos) te hará derramar alguna lágrima. Porque si estás enamorado y no moqueás un poco, entonces no estás enamorado. Pero no es del amor de lo que quiero hablar. O sí.
Imaginemos una escena: la señora sexagenaria recibe un llamado telefónico en el que se le comunica que su marido (sexagenario también) acaba de sufrir un infarto y que se encuentra muy grave. Desesperada, sale corriendo hacia el hospital pero, al llegar al nosocomio, se encuentra con que, junto a la camilla en la que trasladan a su consorte, hay una veinteañera desconocida llorando como si fuese de la familia. Lleva puestos solo unos borcegos y un piloto que apenas le cubre las nalgas. ¿Qué hacer en esta situación? Aclaremos que la chica no es un gato ocasional. Hace cinco años que es amante del moribundo y, ahondando un poco en su historia, podremos concluir que lo que la une a él es amor del verdadero. Las normas de la etiqueta indicarían que ella, al ver llegar a la esposa “oficial”, debería dar un paso al costado y desaparecer de escena sin hacer olas. Podría también quedarse allí (opción un tanto menos formal) y defender lo que considera suyo. O apartarse del centro de la escena y quedarse en un costado, esperando el mejor momento para ocupar el sitio que le corresponda. La esposa más “añosa” puede, por su parte, armar un escándalo y echar a la mocosa a patadas de la sala y, a modo de patrón de estancia, marcar territorio (el decoro, las buenas costumbres y el buen gusto desaprobarían que se pusiera a mear las cuatro esquinas de la habitación). También podría la señora hacerse la boba, fingir que no se da cuenta de lo que ha sucedido y suponer que esa muchachita medio en bolas no es otra que una buena samaritana que recogió a su marido en la calle y lo llevó hasta el hospital más cercano.

Cualquiera fuera el caso, lo que nadie podría esperar (ni tolerar) sería que, al morir el hombre que han compartido durante tanto tiempo, ambas mujeres se acercaran y compartieran también el dolor inmenso que las desmorona. Eso diría la lógica convencional que regula, en general, las relaciones humanas. Pero a veces (solo a veces) las cosas no resultan tal como uno espera.

Quienes ya la hayan visto, se habrán dado cuenta de que la historia de la que hablo no es un invento de mi imaginación. Es una versión libre del argumento de “Viudas”, película argentina protagonizada por la Gra Borges y Valeria Bertuccelli en la que las protagonistas no siempre reaccionan como deberían.

Me consta que todavía existe, entre muchas y muchos, cierto prejuicio respecto de las películas nacionales. Se ha transformado en una especie de dogma incuestionable aquello de que el cine vernáculo es aburrido y de mala calidad. No es mi intención refutar tales preceptos porque, en alguna manera y con distinto énfasis a lo largo de mi existencia, supe hacerme eco de esa verdad instalada en la conciencia colectiva. Sin embargo, a mi favor puedo alegar que siempre he sido de los que se rebelan (lo que no es más que una manera elegante de decir que me gusta llevar la contra). Por eso insisto con el cine argentino y, mal que le pese a mi marido (porque no lo dice pero yo sé que me sigue en mis delirios como una forma de contribución a la armonía matrimonial), gracias a ello pudimos disfrutar de verdaderas joyas como “El Secreto de sus Ojos”, film al cual “Viudas” no tiene mucho que envidiarle.

Si me preguntaran, les diría que es una historia increíble. Aunque ese calificativo no es aquí mero sinónimo de “maravillosa” o “estupenda”. Es increíble sencillamente porque (se me ocurre) cualquier persona que haga honores a la sensatez más llana (y de esos y esas hay a montones por estas latitudes) llegará a la conclusión de que es una historia muy poco creíble. Claro que uno siempre tiene el pleno derecho a pasar por alto la opinión de los que solo se dejan arrastrar por su sed insaciable de realismo. En lo personal, cuando leo una novela o veo una película, no me importa si la obra es realista o no lo es. Me contento con que sea bella y eso me basta. Si además tiene un mensaje edificante, ¡cartón lleno!. Pero lo primordial es la belleza.

En ese plano, “Viudas” me pareció una bella película y, a decir verdad, no creo que sea una historia demasiado apartada de la realidad ni mucho menos insensata. En cierta manera, me veo identificado en algunos aspectos con una y otra de las protagonistas. La Borges es una mina fuerte, tal vez fortalecida por los años, capaz de amar y también de odiar (o al menos eso quisiera), sensata hasta la incoherencia. La Bertuccelli es inocente y frágil (o, mejor dicho, ignorante de su propia fortaleza, como la mayoría de los jóvenes), capaz de ver más allá de lo evidente. De otro modo, ¿cómo podría explicarse su amor por un hombre cuarenta años mayor?

Y es que los seres humanos podemos ser así de desconcertantes. A pesar de mi apego por las matemáticas, siempre he sostenido que en la vida no siempre dos más dos es cuatro e historias como estas me reafirman en mis convicciones. ¡Por fortuna! Nada me parecería más decepcionante que llegar a la conclusión de que las personas somos predecibles. En ese sentido, estas viudas parecen actuar sin libreto y obrar de acuerdo a su propia humanidad.

Más allá de mis prejuicios, chapeau a la actuación de la Borges. Esta es la mejor Graciela Borges que he visto y me siento tentado de pispear un poco en su pasado actoral para descubrir lo que, sin dudas, no me he permitido ver en su momento. Tal vez porque también estoy añoso, me hizo emocionar y hasta logró que se me piantara un lagrimón (bueno, está bien, ¡unos cuantos lagrimones!). La Bertuccelli también hace lo suyo y construye una interpretación sólida y potente. Aunque por esta vez me quedo con la presencia que imponen los años.

“Viudas” es una película tan rica que nos permite (en la medida en que cada quien se anime a hacerlo) ahondar en el héroe latente que cada uno es, así como también en el miserable (que suele ser un poco más explícito en la mayoría de los mortales). Y no hablo solo de lo que sucede en la pantalla. Esta es una película ideal para ser disfrutada en un cine antes que en el living de casa. No quiero adelantar pasajes jugosos del argumento, pero la aparición de la mucama provoca reacciones en la platea que, en general, no han sido de mi agrado. Sin embargo, la inclusión de este personaje me resulta invaluable. Una perlita cuyo valor radica precisamente en su “no-necesidad”. Es decir: es un personaje cuyas características no son imprescindibles para el desarrollo de la trama y es por eso que la enaltece. Tal vez no se entienda lo que quiero decir pero estoy seguro de que les quedará muy claro a poco de iniciada la función. La mucama es la única que logra poner negro sobre blanco en los conflictos y me animaría a decir que es la más auténtica de todas las mujeres que integran el reparto. Por más que muchas y muchos lleguen a pensar que lo mío es puro disparate. Es un personaje crudo y sin dobleces, mucho más real de lo que uno pudiera imaginar. Su presencia permite comprender más cabalmente quién era el marido-amante y, sobre todo, es esencial para saber, para descubrir, para sorprender y sacarle la careta al verdadero yo que llevamos dentro. Una de sus intervenciones más potentes: “Yo no soy alcohólica; yo tomo porque estoy vacía”. Pero no es cierto.

De todas maneras, sería un gran error quedarse con la idea de que se trata de una historia triste. Más bien diría que es como la vida misma: a veces dulce y otras amarga, con un balance final que siempre queda al arbitrio de lo que cada espectador ha querido guardar en la alacena. La humanidad es diversa y, mientras unos acumulan los recuerdos más melosos, otros dejan siempre a mano los más avinagrados.

Veanla y después, si quieren, me cuentan.

Esto ha sido todo por hoy. Desde las callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que, a fuerza de humanidad, gusta de correr riesgos y, a veces, tiene la suerte de poder disfrutar de las cosas buenas que nos permite la vida.


jueves, 4 de agosto de 2011

Esa Yegua




Miércoles 3 de agosto. Puerta del Registro Nacional de las Personas de Paseo Colón. Larga fila de gentes para tramitar el nuevo DNI. Un señor de mediana edad (unos 55 más o menos) se descompone y cae al suelo. Los que estaban cerca evitan que se golpee y el agente dee la cuadra llama al SAME. El pobre hombre recupera el conocimiento y lo sientan en el suelo contra la pared. Está mareado y pálido, pero no parece grave. Igualmente, el tiempo pasa y la ambulancia no llega. Nadie dice nada pero todos nos preguntamos por qué tarda tanto. Finalmente, llega después de 45 minutos de espera. El médico examina al paciente (más paciente por la tardanza que por el padecimiento) y se lo lleva en la ambulancia.

Otro señor de la fila comenta:

- 45 minutos. ¡Qué vergüenza!

Y la señora que estaba detrás de él derrapa sin pudores:

- ¿Y qué quiere CON ESA YEGUA? -en alusión a la presidente.

- Usted es una ignorante, señora. -la espeta otro señor- El SAME es un servicio de la Ciudad. En todo caso se lo debería reclamar al que seguro usted votó el domingo pasado...

La vieja se quedó callada y no dijo nada. Tal vez porque lo que era una vergüenza era haber votado a Macri.

Una chica de unos veintitantos y yo aplaudimos la respuesta del hombre. Los demás permanecieron en silencio.


Eso es todo por hoy. Desde las frías callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que el 14 votará a CFK,, por primera vez en su vida convencido de su voto.

sábado, 16 de julio de 2011

La sopa es agua con color


Si alguien pudiera inmiscuirse discretamente en los recovecos de mi mente, sabría con certeza que hace rato que me estoy resistiendo a escribir este texto. Me cansa el tema. Me aburre. Me distrae. Pero día a día me lo encuentro en los diarios, en las conversaciones callejeras, en el subte y (como no podría ser de otra manera) en el muro de mi Facebook. Y como estoy harto del asunto, voy a intentar explicar lo que pienso al respecto de una vez por todas, a ver si podemos pasar a algo más edificante.

Lo primero que voy a decir (y no seré para nada original puesto que ya otras personas más relevantes que yo lo han dicho antes) es que no concuerdo con todo lo escrito por Fito Páez, pero igual lo banco.

Lo segundo es que la andanada de respuestas y vituperaciones mediáticas que ha recibido me resulta desproporcionada y, sobre todo, “sospechosa” (las comillas son una ironía porque de pocas cosas en la vida he tenido tanta certeza como de la campaña organizada para utilizar el exabrupto de Fito con un objetico político bien concreto). Quién sabe... ¿Y si las cosas no fueran exactamente como las cuenta Clarín?

A ver, en otras circunstancias se han dicho cosas infinitamente más repudiables sin que ameritaran primeras planas de los grandes medios, ni editoriales, ni flashes informativos, ni mesas redondas, ni la indignación ni la repulsa popular. Dichos que, sin lugar a dudas, atentan contra el pensamiento democrático y (creo yo) deberían ofender a la sociedad toda. Cito apenas unos pocos ejemplos:

- “El kirchnerismo es un cáncer que hay que extirpar” (M.G.)
- “Yo duermo mucho más tranquila desde que Kirchner murió” (E.C.)
- “La gente dice que el cajón estaba vacío” (M.L.)
- “El funeral fue un gran espectáculo montado por Fuerza Bruta” (E.C. otra vez)
- “Cada vez que pienso en la Argentina me dan ganas de llorar” (M.V.Ll.)
- “A los Kirchner hay que tirarlos por la ventana porque ya no los aguantamos más” (M.M.)

Y podría seguir.¿Cuál es la diferencia entre los dichos de Fito y los anteriormente citados? A mi juicio, dos. La primera diferencia es que el músico alude en su texto a la mitad de la población porteña (la mitad del Pueblo, como suele decirse, a veces casi de manera litúrgica) y los otros apuntan exclusivamente hacia la frente de las autoridades del Gobierno Nacional. Esto puede inclinar la balanza a favor de estos últimos. La segunda diferencia es el sitio que cada uno ocupa en nuestra sociedad: mientras Fito es un artista popular y (en consecuencia) un simple ciudadano que no tiene por qué estar comprometido con lo políticamente correcto, los otros son reconocidos comunicadores y políticos que sí tienen (en función de tales) un compromiso con la ecuanimidad. En este sentido, lo dicho por el artista no debería ser más importante que lo dicho por cualquier hijo de vecino.

Yo creo que, en todo caso, Fito se equivoca bastante. La mitad del electorado porteño no es macrista. En ese 47% del domingo pasado hay de todo. Se me ocurre que lo votaron los soretes que son como él (no es preciso aclarar que yo también puedo ser crudamente sincero) pero también lo votaron gentes que (aun siendo buenas personas) o no están lo suficientemente informadas (porque la únicas noticias que consumen son las que les llegan desde los medios comunicacionales opuestos a la gestión del Gobierno Nacional), o se resisten sistemáticamente a los cambios (no les va tan mal y, por si acaso el ingeniero tuviera algo que ver en ello, no quieren que cambie nada), o directamente les importa un pedo lo que pase porque ellos “no se meten en política”. Seguramente habrá otras razones más por las cuales los electores pudieron haber puesto el voto por MauriSSio, pero a mí no me dan la cabeza ni las ganas para descubrirlas (tengo mis limitaciones ¿vio?). El caso es que Fito se equivoca cuando mete a todos en el mismo saco. Las sociedades en general, y la porteña en particular, son mucho más complejas de lo que el texto de Fito pudo expresar. Sin embargo, no hay que perder de vista que lo que dice Fito sí se adecua a determinada parte de la sociedad. Al decir de Antonio Machado: en todos lados hay “pedantones al paño que saben por qué no beben el vino de las tabernas”. Esa “mala gente que camina y va apestando la tierra”. Claro que (insisto) esa gente está por todos lados e incluso la podremos encontrar entre los que votaron a Filmus o incluso entre los votantes de Solanas, pero el mismo prejuicio al que uno no puede sustraerse me dice que “esa gente” es bastante astuta y sabe dónde está lo que le conviene. Me atrevo a asegurar que esa gente votó a Mr. Mac porque, entre los defensores de su ideología mezquina, inescrupulosa, artera y despreciable, el ingeniero es el que más probabilidades de éxito tiene en el campo electoral. De otra manera, hubieran votado a Carrió, a López Murphy o hasta al mismísimo Biondini, si hubiera sido necesario. Esa gente no se sintió ofendida por los dichos de Fito. No les interesa en lo más mínimo lo que pueda decir un artista popular cuyas ideas políticas también les dan asco aunque no lo digan. Pero Fito lo dijo y les dio el pie perfecto para que ellos pudieran hacer su jugada. “A falta de pan, buenas son las tortas” dice el dicho. La derecha vernácula necesitaba una barbaridad semejante pero mejor hubiera sido alguien más allegado a las altas esferas del kirchnerismo. Ya tenían la artillería preparada para atacar, seguros de que algún militante importante se iba a ir de boca. Se deben haber sentido desilusionados al ver que nada de lo que decían los más importantes miembros del Gobierno Nacional daba como para echárseles encima como perros de presa. Por suerte (para ellos) apareció Fito y pudieron finalmente echar mano a toda esa dialéctica y esas editoriales prolijamente diseñadas, poniendo las palabras del rosarino en la boca del oficialismo, como si el rosarino fuera un funcionario más. Y la demás gente, la que por tradición no se subleva más que cuando le dicen (veladamente, claro) que debe hacerlo, se unió a la campaña, inocentemente convencida de que Fito era, de buenas a primeras, un enviado más del demonio que busca terminar con lo poco de argentinidad que nos va quedando. Esas mismas personas, que se sintieron tan ofendidas porque Fito dijo que le daban asco (en realidad esta es la palabra en la que se centró la campaña) disimulan como pueden su voto macrista y por eso el dardo del músico les llega tan al pecho. ¿Cómo podrían, si no, sentirse tan ofendidos por un calificativo desafortunado pero dirigido a otras personas? Tal vez sea también un poco de transferencia. Cuando ellos se desahogan con insultos y/o desvalorizaciones contra CFK, es posible que también estén pensando en quienes apoyamos en mayor o menor medida su gobierno. De hecho, yo he leído y escuchado hasta el hartazgo aquello de que “todos los K son una manga de corruptos” y por cierto que me ofende. Pero nunca nadie orquestó campaña alguna para limpiar nuestro buen nombre. Nadie se interesa por poner límites a los que, con vituperios, son tan dados a confundir, como mínimo, la parte por el todo. Y eso que nosotros también somos ciudadanos. Ah, ¡claro!, pero nosotros votamos al oficialismo.

Lo malo es que, entretanto, nadie habla de lo que realmente importa.

¿Se dieron cuenta de que, entre las elecciones del domingo pasado y las del 31 de julio hay escasas tres semanas de diferencia? Bueno, ya nos hemos pasado una de las tres distraídos con lo que dijo Fito y sin hablar de eso que (al parecer) tantos detestan en esta ciudad: la política. Nadie les recuerda a los votantes que el gobierno de Mr. Mac (que también es gobierno y no solo Cristina) ha dejado a la deriva la educación, la salud y la cultura públicas; que ha sido corrupto como el que más; que el jefe de gobierno está procesado por la Justicia; que a pesar de su repentina mueca progresista, sus acciones demuestran desprecio por los pobres, por los extranjeros, por los enfermos, por los homosexuales, por el pensamiento democrático, por las libertades individuales... ufffff... la lista es tan larga... Nadie dice lo que hay que decir y a los que lo votan aun sin compartir su ideología no se les cae la cara de vergüenza.

Se supone que Mr. Mac ya da por segura su reelección y, desde esa perspectiva, ¿por qué habría de interesarle que se empiece a debatir? A ver si alguno de los que ya lo votaron se da cuenta de que su campaña estuvo centrada en la vacuidad más absoluta. Desafío a los que lo votaron a que me digan una sola propuesta de gobierno expresada por el PRO para este nuevo período. Lo único que han repetido a modo de letanía es un slogan bastante barato (pero al parecer efectivo): “Votá por la ciudad que juntos venimos bien”. ¿Qué clase de campaña es esa? De donde venimos creo que ya lo sabemos. El asunto a dilucidar es para dónde vamos. Pero dudo que haya alguno que acepte mi desafío. Básicamente porque no soy quien para desafiar a nadie. Pero no solo por eso. Los que lo votaron por ideología no me van a dar pelota porque les importa tres pepinos lo que yo o la gente que piensa como yo podamos decir. Y los demás no van a poder dar un solo argumento a favor de su voto. A no ser un odio visceral y poco razonado contra el gobierno de Cristina. En ambos casos, el voto es de odio y de crispación, ¡oh, casualidad! De todos modos, intuyo algo de intranquilidad entre los medios dominantes. ¿Por qué habrían, si no, de insistir tanto con que Filmus se baje del ballotage? ¡Si hasta el propio Solanas salió públicamente a hacer los deberes impuestos desde el Grupo Clarín! Igual que Mariano Grondona, Morales Solá y toda esa caterva de ¿comunicadores? Yo no sé... los números son claros peeeeero... Por algo no habrán salido a festejar tanto la primera victoria... Digo...

Volviendo a Fito, insisto con que sus palabras fueron inadecuadas, además de inoportunas. Sería un necio si así no lo creyera. Pero un error no es suficiente para echar por tierra la trayectoria artística y de compromiso social legítimo que Fito ostenta. Una amiga de la secundaria se extrañaba al ver que yo podía estar bancándolo. Yo, que siempre estoy hablando y escribiendo en contra de la discriminación, dijo. Lo que esta amiga no toma en cuenta es que, tanto Páez como un servidor, somos simples seres humanos a los que a veces se nos suelta la cadena. Sin ir más lejos, quien pasó por el muro de mi Facebook el lunes por la mañana habrá encontrado la siguiente leyenda: “La mitad de la población porteña padece Síndrome de Estocolmo”, emulando al candidato presidencial del PS, Hermes Binner, cuando su partido perdió las elecciones legislativas hace dos años en Santa Fe. Más conciso, pero básicamente lo mismo que dijo Fito. ¿Eso me convierte en un discriminador? Yo creo que no. Mis acciones me definen mejor que algunas de mis palabras. Simplemente soy un tipo que no siempre mide lo que dice o lo que escribe y a veces se deja dominar por lo que siente. Ese es también, en esencia, Fito Páez. De otro modo, nunca hubiera podido crear la maravillosa música que ha creado (en cuanto a sus dotes vocales, tengo mis reservas, je). ¿O qué onda: lo quiero cuando compone pero cuando dice lo que piensa lo mando a fusilar? Al que le guste el durazno que se banque la pelusa. Y no es que me quiera comparar. Yo no he creado nada trascendente más que mis dos hijos (y aun para eso necesité ayuda) ni tampoco lo que yo diga tiene llegada al público masivo. Lo que pretendo decir es que, al igual que él, cualquiera de nosotros puede meter la pata. La diferencia es que, en este caso, Fito enterró la gamba en la podredumbre en el momento y la circunstancia que el Grupo Clarín necesitaba. Actuó como un idiota útil, dándole al Grupo la excusa para fogonear a la gente distraída, la que no se da cuenta de la manipulación. En ese sentido son muy astutos. Estoy seguro de que, si no existieran intereses destinados a bancar la reelección macrista, los medios no le hubieran dado bola al artículo del Página, ninguno de los indignados se hubiera sentido como tal y esta semana las discusiones callejeras hubieran tenido otro tenor. Claro que estos vecinos sencillos que se alzaron contra Fito Páez nunca lo van a admitir (de hecho, eso ya ha sucedido) proclamando que a ellos no les importa lo que diga el gran diario argentino. Lo curioso es que no les importa, pero casi siempre terminan compartiendo su línea editorial. ¿Será que son unos hdp, como propone Fito? Yo creo que no. Simplemente son gente influenciable, independientemente de la mayor o menor inteligencia que pudieren detentar. Nosotros, la gente común, no fijamos agenda. Ellos sí. Y nos dicen lo que quieren que pensemos y opinemos. Está en nosotros seguirles la corriente o no. Pero para eso, habrá que hacer un pequeño gran esfuerzo por vencer nuestros propios prejuicios. Si nos diéramos permiso para poner en duda lo que se supone que pensamos, tal vez podríamos llevarnos una sorpresa al descubrir que el mundo no es tal como lo vemos o nos lo muestran. Si en vez de limitarnos a escuchar lo que nos dice Santo Biasati o la Santillán y a despotricar contra la política (lo que ya es una manera de hacer política), nos tomáramos el trabajo de escuchar otra voces, por ahí, tal vez, quizá, nos daríamos cuenta de que estamos meando fuera del tarro. O no, pero nos quedaríamos con la certeza de que lo que pienso es lo que yo pienso y no lo que me dicen que debo pensar. Y quién dice que no saldríamos a despotricar contra muchos otros, además de Fito.

Salvando las distancias, a mí me sucedió hace años con la sopa. Tanto insistir, tanto insistir, mi vieja me había convencido de que la sopa era el mejor alimento y yo la tomaba estoicamente, muy a desgano, a pesar de que me daba verdadero asco (¡Ups! Otra vez la palabrita). Era la tradición y lo que siempre había sido, generación tras generación. Hasta que un día puse en duda el mandato materno y quedó al descubierto el engaño. Investigué e investigué hasta descubrir que había muchos otros alimentos más nutritivos y, sobre todo, más ricos que podían reemplazarla perfectamente, sin poner en riesgo mi desarrollo. Que la sopa era, después de todo, solo agua con color en la que la mayoría de los nutrientes se desintegraban durante la cocción. Así pues, con las pruebas a la vista, mi vieja (que no era ninguna lela) decidió eliminar la sopa obligatoria a favor de la armonía familiar. Claro que yo ya tenía pelitos en las patas para entonces. Pero mi pueril ejercicio de la rebeldía favoreció (ya que no la mía) la infancia de mi hermanita menor. Porque ahí está lo bueno de la honestidad, el inconformismo y el compromiso: que tal vez no rinda necesariamente frutos que nos beneficien, pero seguro que les allanará el camino a los que vengan detrás.

Por supuesto que eso no es PRO.

Esto ha sido todo por hoy. Desde las húmedas callecitas de la tal vez no tan misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que banca a Fito porque, al menos, no se quedó en la fácil de callarse en beneficio de la venta de discos. Cosa que no hubieran hecho los grandes comunicadores que se le echaron encima como jauría (Longobardi, Feinman el malo, Rozitchner, Lucho Avilés, Ventura y un largo etcétera). Por supuesto que ellos también tienen derecho a expresarse pero, a juicio de quien suscribe y en virtud de sus respectivas biografías, son unos impresentables.

viernes, 15 de julio de 2011

El dulzor de la obviedad



No hace falta aclarar que soy hombre de moco fácil. Pero a veces, aunque cueste imaginarlo, la mariconada me aflora con mayor fluidez que de costumbre. Una de esas veces fue justamente la tarde de ayer. Lugar: el “Salón de las Provincias” del Honorable Senado de la Nación.

Quienes vamos por la vida muy orondos y plenamente orgullosos de peinar canas sabemos que no abundan los momentos memorables, de esos que uno atesora en su memoria para sacarlos (a modo de comodín) cuando la pena arrecia. Hasta ayer, yo pensaba que (en lo que al matrimonio igualitario concierne) el gran hecho que recordaría de por vida sería el de aquella madrugada del 15 de julio de 2010 cuando, abrazado a este tipo maravilloso que carga sobre sus hombros la cruz de soportarme, veíamos por televisión el panel electrónico que daba cuenta del triunfo de la justicia y de la igualdad. Habíamos estado toda la tarde frente al Congreso Nacional, esperando ese desenlace pero, por puto que uno fuera y por contento que estuviera, al día siguiente había que laburar. Volvimos a casa al divino botón, claro está, porque nadie podía descansar con semejante expectativa. Obvio que lloré como hacía mucho que no lloraba. Pero esa vez eran lágrimas dulces. Y les mandé mensajitos de texto a todos mis amigos, sin que me importara que me putearan por la hora. Hacía frío pero de pronto apareció una satisfacción desconocida hasta entonces que me (nos) abrigaba desde dentro.Eso fue hace un año. Pero ahora he de sumar una nueva razón para emocionarme en el recuerdo. La de ayer fue una tarde mágica que no le irá en saga a la otra, la primera.


La invitación provino de la mismísima Diputada Nacional Vilma Ibarra, autora junto a la Diputada (mandato cumplido) Silvia Augsburger del proyecto de ley que finalmente se aprobaría en el recinto del Senado, para gloria y honor de la sociedad argentina toda. Parecía cosa sencilla: una conmemoración llevada adelante por ocho oradores y una entrega de diplomas a la postre, a modo de reconocimiento por la labor aportada a la causa, aplausos y todos a casita. Pero claro, “lo sencillo no es lo necio”, Nano dixit.

La primera sorpresa que me esperaba en el salón fue la presencia de mi querido y admirado tocayo, Víctor Hugo Morales, tal vez el periodista más respetable por esta parte del orbe, mal que les pese a algunos. Al verlo entrar al recinto supe que aquella reunión no sería una más. La otra sorpresa fue la presencia de la gobernadora Fabiana Ríos, justamente (por justicia y por justeza) reelecta en nuestra provincia más austral. El resto del panel estaba formado por las dos autoras y promotoras de la ley, por el querido Esteban Paulón, presidente de la FALGBT, César Cigliutti, Martín Canevaro, Sebastián Sabini y Jean Wyllys, estos dos últimos, legisladores del Uruguay y del Brasil respectivamente.El acto comenzó con unas emotivísimas palabras a cargo de Víctor Hugo y con un aun más emotivo video que recopilaba las escenas e imágenes más representativas de aquella jornada histórica. El morocho que estaba sentado a mi lado parecía no querer ser indiscreto pero no podía dejar de mirarme. Estoy seguro de que habrá sido un espectáculo patético el ver cómo mis mocos disputaban a mis lágrimas el camino hacia la alfombra. Después fue el turno de las diputadas, que abundaron en agradecimientos a todas las personas que trabajaron en beneficio de la ley. También me hicieron llorar. Cigliutti (más allá de un error histórico muy grosero como es el de afirmar que el General Perón regresó a la Argentina en el 67) reivindicó la osadía de aquellos putos históricos del FLH que plantaron bandera e hicieron punta en esto de la defensa de los derechos LGBT cuando salir del armario era prácticamente un suicidio. Canevaro (que se extendió tal vez un poquito demasiado) hizo más agradecimientos y abogó por la sanción de la Ley de Identidad. El congresista brasileño realmente no sé qué dijo porque él no habla ni jota de castellano y yo no entiendo ni jota de portugués, así que (¡Ayúdame Bruno Bimbi!) me quedé en Babia. Pero la naturaleza es sabia y (ley de las compensaciones mediante) al diputado uruguayo le entendí todo. Con un oportuno pie que le diera Víctor Hugo, planteó la cosa como un virtual empate 1 a 1 (ellos tienen Ley de Identidad y nosotros Matrimonio Igualitario) y abogó para que el partido termine, por lo menos, 2 a 2.

A continuación fue el turno de Esteban, al que se notaba con ganas de ser medido y sobrio. “Sé que no es sencillo, pero voy a tratar de no excederme de los cinco minutos pautados” dijo. Nadie le creyó y tampoco pudo cumplir. Es que había tanto por agradecer, tanta gente a quien mencionar, tantas organizaciones y tanto laburo por resaltar que era imposible resumirlo en pocos minutos. El trabajo de la FALGBT fue una columna central en la construcción del Matrimonio Igualitario y era imprescindible poner en relieve el carácter colectivo de dicha construcción. Mientras otros hablaron simplemente de “otras organizaciones”, Paulón las puso en primer plano y destacó la proeza de la lucha desigual entre las orgas de la FALGBT y las huestes de Negre de Alonso y sus secuaces. ¡Bravo por Esteban!


Y a los postres de los discursos llegó Fabiana Ríos. Huelga decir que su participación en esta historia fue fundamental. Pero ella, al frente de su humildad, prefirió bajarse del podio y mostrarse como lo que es: una mina de pueblo (perdonen por mi falta de ecuanimidad pero muchas veces me dan ganas de mudarme al fin del mundo tan solo para tener el placer de sentirme representado por las autoridades locales). En apenas cuatro minutos, sus palabras fueron un resumen de lo que tantas y tantos hubiéramos querido decir. Aquí se los dejo:


Ceremonia sencilla dije. Ceremonia en la que se dijeron, quizás, cosas más que obvias: que la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario había sido un avance hacia una sociedad más justa, que a partir del 15 de julio de 2010 el Estado abrió las puertas de la dignidad para todas y todos, que este logro no es un mero triunfo local sino también una inspiración para todos los países de la región que también trabajan por una legislación que reconozca los derechos de las personas LGBT, que de aquí en más nos enfrentamos a otros retos como la aprobación de la Ley de Identidad de Género (de la cual Ibarra dio la primicia de que empieza a tratarse en el Congreso a partir del próximo 14 de agosto), el debate por la Ley de Aborto, el perfeccionamiento de la Ley Antidiscriminatoria... Nada que los que allí estábamos no supiéramos. Nada que los que allí estábamos no hubiéramos dicho o escrito hasta el hartazgo durante los últimos años.

Obviedades, sí, pero... ¡puta madre!... ¡Qué rico se sentía escucharlas una vez más!

Rico porque ahora ya no son una utopía. Rico porque ahora ya quedó demostrado que la igualdad, la dignidad y el respeto son anhelos posibles.

IGUALDAD – DIGNIDAD – RESPETO tres vocablos que son mucho más que palabras. Son los cimientos sobre los que se sustenta todo lo que somos y lo que siempre fuimos: seres humanos divinamente diferentes y esencialmente iguales al resto de los mortales.

Y obviamente, seres humanos orgullosos de asumir nuestra divinidad y nuestra esencia.

Esto ha sido todo por hoy. Desde las frescas callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que ayer (a pesar de haber extrañado la notable ausencia de María Rachid, protagonista -si las hubo- de esta maravillosa trama) se sintió feliz. Eso nada más. Y nada menos.


viernes, 8 de julio de 2011

Juicio por Natalia

El 26 de julio comienza juicio por Natalia Gaitán.

Necesitamos tu colaboración.



El 7 de marzo de 2010 Natalia "Pepa" Gaitán fue fusilada por el padrastro de su novia en Barrio Liceo 2da Sección, Córdoba. Su familia, con el acompañamiento y apoyo de Devenir Diverse y la Federación Argentina LGBT, enfrentará el próximo 26 de julio el comienzo del juicio al asesino Daniel Torres.

Se trata del primer juicio en la historia de Argentina en que se visibiliza la lesbofobia como causa del homicidio.

La de Pepa es una familia humilde muy querida en el barrio por su solidaridad. Tienen una asociación civil desde la cual brindan talleres educativos y de formación laboral, copa de leche, entre otros acciones sociales. Pepa era parte fundamental de la asociación, los vecinos y vecinas la recuerdan por su entrega y humildad.

Hoy la familia Vázquez-Gaitán necesita de nuestra colaboración para poder sostener económicamente un juicio de éstas características. Por ello, apelamos a todas las organizaciones amigas para que a través de los medios que se detallan abajo puedan realizar sus donaciones y difundir en sus ciudades, pueblos y parajes para que todas y todos los que deseen ayudar puedan hacerlo.

Recuerden que queda muy poco tiempo para el comienzo del juicio (el mismo se extenderá durante uno o dos meses). Gracias por leer. Esperamos puedan difundir y colaborar reenviando este mensaje.

Un fuerte abrazo militante.

LA DISCRIMINACION MATA.

Cómo colaborar?

1- Realizando un depósito en la cuenta de la Federación Argentina LGBT
Banco HSBC
Cuenta: Federacion Argentina de lesbianas gays
Nro. Cuenta 0593 300 390
CBU 15000091-00005933003900
CUIT FALGBT 30-71033248-3

2- “Comprando” un producto solidario en Mercado Solidario
Disponible a partir del lunes 11 de julio y se puede pagar por medio de tarjeta de crédito, rapipago o pago facil

Pino y el Matrimonio Igualitario


¡Ay, Dior! El dichoso cristal con que se mira...

Hoy entro en mi muro de Facebook y lo primero que veo es una publicación de Bruno Bimbi aclarando algunos puntos que merecen ser aclarados. Transcribo a continuación lo publicado para que sea tomado en cuenta el día domingo durante la votación.


Los activistas de Proyecto Sur están diciendo en Twitter que su bloque fue "el único que apoyó unánimemente el matrimonio igualitario" y que "por eso" hay que votar a Pino. Mienten. Les explico por qué:

1) Es mentira que hayan sido el único bloque que votó unánimemente a favor: también lo hicieron el Nuevo Encuentro, el PS, el GEN, el bloque fueguino de Fabiana Ríos, Forja (radicales K), entre otros;

2) Es deshonesto decir que "por eso" (que ya aclaré que es mentira) hay que votar a Pino, porque saben que Pino jugó muy mal con relación al matrimonio igualitario desde el primero hasta el último día, aunque haya votado a favor. No es el voto lo único que cuenta;

3) Pino Solanas fue uno de los únicos líderes de bloque que se negó a recibir a la Federación Argentina LGBT antes del debate de la ley (tampoco aceptaron recibirnos Aguad, de la UCR, y Pinedo, del Pro);

4) Pino Solanas fue uno de los únicos referentes de la cultura que se negó a firmar una solicitada de apoyo a la ley (yo me encargaba de juntar las firmas y por lo tanto me hago cargo de lo que digo);

5) Yo entrevisté a Pino Solanas en Río de Janeiro en 2009, cuando él fue presidente del jurado del Festival Internacional de Cine de Río y yo estaba acreditado por el diario Crítica. Hablé personalmente con él por una hora, traté de convencerlo de que hiciera una declaración en la nota a favor de la ley y no quiso, me daba vueltas, se escapaba, no quería asumir un compromiso (ya que estamos, debo decir además que, a diferencia de Campanella, que me pareció un re buen tipo, Pino se comportó como un maleducado, fue uno de los peores entrevistados que me ha tocado, lo digo como periodista);

6) En la reunión de labor parlamentaria de Diputados, Pino se oponía a que el matrimonio igualitario estuviera primero en el orden del día, tuvo una discusión por eso con la Checha Merchán y dijo, textualmente: "el matrimonio igualitario no le importa a nadie";

7) Durante la sesión, antes de que se votara la ley, Pino quería hacer un cuarto intermedio, que por una acción coordinada entre la Federación (María se encargó de eso), Vilma Ibarra y algunos presidentes de bloque, se logró frenar. Los militantes LGBT de Proyecto Sur lo saben, porque ese día tuvieron que llamar a Claudio Lozano para ayudar a abortar esa idea de Pino Solanas, que no quería que se votara la ley esa noche.

Por todo lo anterior, que cuento con más detalles en mi libro, digo: sí, Pino Solanas votó a favor de la ley, pero en el camino previo jugó muy mal. Hubo otras personas de Proyecto Sur que militaron por la ley y se merecen nuestro reconocimiento, por ejemplo la Checha, pero no justamente Pino. No nos quieran vender un Pino que no existe ni nunca existió.

Todo bien que estén en campaña, pero los activistas LGBT de los partidos que apoyan a Pino saben muy bien cómo fue la historia, así que no es justo ni honesto que la quieran cambiar ahora. Porque los activistas que votamos a otros candidatos o apoyamos a otros sectores políticos no estamos mintiendo sobre esa historia. Al menos yo no lo hago y María, que es candidata, tampoco; quizás otros lo hagan. Yo escribí un libro de 600 páginas en el que cuento todas las contradicciones y las miserias del espacio político en el que siempre estuve, critico y cuestiono a dirigentes del partido por el que voy a votar y cuento las cosas como fueron, no endulcé ni cambié nada para favorecer a mi sector. Y lo mínimo que espero de mis compañeros de militancia LGBT que están en otros partidos es que tengan la misma honestidad intelectual y política.

Como siempre, Bruno, estoy con vos. En elecciones pasadas, voté a Pino, el mimado de "A Dos Voces", con mucha esperanza y convicción, pero su accionar de los últimos tiempos me ha decepcionado amargamente. De todas maneras, prefiero un gobierno de Proyecto Sur antes de la reelección de Mr. Mac. Pero tu aclaración me pareció justa y necesaria.

De aquí en más, que cada cual saque sus propias conclusiones y vote de acuerdo a su conciencia.


Veda Política

Según leí, a partir de las ocho de la mañana del día de hoy, viernes 8 de julio de 2011, en las frías callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires, los ciudadanos debemos entrar en la llamada veda política. Es decir que, en estos precisos instantes... uy, en estos instantes no porque al momento de escribir estas líneas son apenas las tres y cuarto de la mañana... bueno, mientras el visitante lee estas líneas (que seguro será después del mediodía), ya no será lícito tratar temas de política en el espacio público. Entonces me pregunto si esta veda rige también para los medios informáticos como los blogs o los muros de Facebook. Realmente no lo sé.

Menudo problema el que tengo por delante porque justo hoy se me dio por explayarme sobre algunos temas referentes a la política local. C’est domage, dirían los franceses. Me tendré que quedar con las ganas de enumerar, por ejemplo, las Diez Razones para NO Votar a Mr. Mac Ri (no lo nombro por si es yeta como el Turco):

1) El domingo me gustaría que la gente que asista a votar se acuerde de los kilómetros de subte que prometió Mr. Mac y de los que efectivamente hizo construir. En 2007 se preguntaba si no podíamos construir 15km por año (como Chile o como Europa). Hoy ya debería haber respondido a esa pregunta.

2) Es destacable también la desastrosa política cultural de su administración. Claro, ¿viste gordo?, porque no está bueno eso de refaccionar a medias el Teatro Colón y ponerle machimbre de segunda al piso del escenario principal. Eso no es PRO.

3) ¿Quién fue el ricachón que le alquiló el Teatro San Martín para festejar un cumple?

4) ¿Alguien se acuerda de que Mr. Mac está procesado por las escuchas ilegales?

5) Yo me acuerdo perfectamente de quién fue el primer jefe de la Metropolitana. ¿Y usté?

6) ¿Quién es Posse?

7) Cuando vayan a emitir su voto, fíjense bien en el estado de la escuela en la que les toque votar, recuerden el presupuesto para educación subejecutado y saquen sus propias conclusiones.

8) Que bueno sería que, antes de pasar a sufragar, cada votante se diera una vueltita por el hospital público más cercano para verificar que esté funcionando como es debido. Los vecinos de la zona sur, pueden pasar por el Moyano y cerciorarse de que el Gobierno de la Ciudad haya pagado la cuenta del gas. Si tiene algún pariente que sea paciente siquiátrico, con más razón.

9) A pesar de no haber interpuesto demasiados escollos a la celebración del primer matrimonio entre personas del mismo sexo, recordemos siempre que el tipo es homófobo y misógino hasta los tuétanos, según lo atestiguan sus propias declaraciones en artículos de AG Magazine, que yo mismo he publicado en el muro de mi Facebook en esta semana, y otros de dominio público.

10) Ya sabemos que no fue al debate que organizó la UBA porque los chicos de derecha no van a la universidad a hacer política pero... ¡este quía no hace política ni cuando va a cagar! (¿o será justamente en esa circunstancia cuando se le ocurren ideas brillantes como las bicisendas?). Muy linda la anécdota que contó en el programa de la Su, de cuando se tragó el bigotito en el casamiento. Lo pinta de pies a cabeza.

Y la verdad que se podría seguir. Pero como estamos en veda y no se debe hablar ya de estas cosas, mejor me las guardo. No sea cosa que gane, se envalentone, organice una UCEV (Unidad de Control del Espacio Virtual) y me tiren el blog por la Windows. Por si acaso, este artículo se autodestruirá dentro de cinco segundos. Al igual que estos afiches:























Esto ha sido todo por hoy. Desde las frías callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que (aun teniendo su corazoncito en uno de los candidatos) será muy feliz el día domingo si este coso pierde en primera vuelta. Gane quien gane, es imposible que alguien pudiera hacerlo peor.



miércoles, 6 de julio de 2011

Contra el aborto y a favor de la ley


Hay temas (muy pocos) que son verdaderas divisoras de aguas. Hablo de esas cuestiones tan controvertidas sobre las cuales difícilmente se alcance un consenso alguna vez y cuya resolución deba conformarse con una legislación que abarque lo más ampliamente posible los criterios de la sociedad. Como he dicho, son muy pocos y me vienen a la mente solamente dos: la pena de muerte y el aborto (que para muchos pueden resultar un solo tema).

Esta semana, una vergonzosa campaña publicitaria a cargo de la modelo Natalia Fassi ha reavivado la polémica alrededor de la interrupción voluntaria del embarazo. Y tal vez sea esta su única virtud. La imagen de la modelo, embarazada según ella de ocho meses, banaliza la cuestión y apuesta al golpe bajo mostrándose en posiciones sensuales, clavándose jeringas en la panza, con sangre chorreando entre las piernas y expresión de incomprensible gozo. Detrás de esta campaña, además, se erige la figura de la inefable diputada nacional Cynthia Hotton, a quien muchos recordarán por su enconado rechazo a la Ley de Matrimonio Igualitario aprobada el 15 de julio de 2010. Sin querer ser prejuicioso, creo que bien poco podíamos esperar de esta dupla, razón por la cual lo mejor que podemos hacer como sociedad es pasar por alto la provocación y concentrarnos en el verdadero desafío que representa hallar una solución para este asunto que afecta a tantas personas en todo el mundo.

Inspirado por el anuncio de la campaña, recordé un antiguo monólogo a cargo del comediante norteamericano George Carlin en el que, con humor irreverente y políticamente incorrecto, se ridiculiza a los autodenominados “pro-vida”. Entusiasmado por las ocurrencias del actor, publiqué el video en el muro de mi Facebook y copié a continuación las frases más ingeniosas del monólogo. Claro que mi intención no era la de generar un debate (poco serio sería hacerlo en el muro de una red social de internet) pero una respuesta bastante atinada de un querido amigo (opositor a una legislación favorable respecto del aborto) me da el pie para ponerme serio. Transcribo a continuación una edición de los argumentos de mi amigo:
“...Cuando hay un aborto "seguro", el que muere es el bebé, no la mujer; cuando se deja el embarazo seguir su curso, la mujer tampoco muere, pero el bebé vive; así que en las dos opciones, en al menos una muere el bebé, pero en ninguna muere la mujer. Claro que en un aborto clandestino, pueden morir ambos. Uno de ellos, seguro: el bebé. Así que, en todas las posibilidades, el que más probabilidades tiene de morir es el bebé, no la mujer. Es verdad que la mayoría de los que están en contra del aborto acá y en EE. UU. son hipócritas conservadores, reaccionarios, que a la vez que están en contra del aborto están a favor de la pena de muerte, de la tortura, y de iniciar y sostener guerras por doquier, pero la calidad de estas personas no hace mella a los argumentos anti-abortistas”. “El comediante se burla de los argumentos a favor de decir que el feto es un ser humano; la pregunta es: si un recién nacido es un ser humano, ¿por qué no lo era 5 minutos antes cuando estaba en la panza de la madre? Me dirás: "5 minutos antes es un ser humano, pero 3 meses antes no"; y yo te pregunto: ¿y por qué 3, 4 o 5 meses antes no es un ser humano, y después sí? ¿Qué es lo que hace que un feto pase de ser no-humano a ser humano? Nunca oí ni leí a un abortista explayarse acerca del cuándo, el cómo y el por qué un feto pasa de no ser humano, a serlo. En cambio, el anti-abortista sí tiene una respuesta clara acerca de cuándo comienza la vida humana: en la concepción. Y esto es así porque en la concepción suceden DOS hechos trascendentales: 1º se unen el ADN de la madre (óvulo) y el ADN del padre (espermatozoide) y forman un NUEVO y ÚNICO adn: el del niño por nacer. Este adn, que se forma en esa mismísima, primera y única unión de los gametos, es el mismo y único adn que tendrán todas las células del cuerpo ya crecido”. “2º en el momento de la concepción, se INICIA un PROCESO de crecimiento, IRREVERSIBLE, que, en el vientre materno, durará 9 meses, y luego continúa fuera de él”. “En resumen, el problema central sigue siendo dónde comienza la vida humana; los anti-abortistas damos una respuesta basada en los hechos comprobados científicamente; los anti-abortistas NUNCA hablan acerca de en qué momento comienza la vida humana”. “Tenemos que procurar que haya una muy buena educación sexual pública y gratuita, y reparto gratuito y asesorado de anti-conceptivos, además de la lucha contra la pobreza. Pero no creo que la solución para un aborto "mal hecho" sea legalizarlo, para que sea seguro, porque, en los dos casos, es mortal para el bebé. Con legalizarlo salvamos una sola vida, y legalizamos la muerte provocada de otra, la más inocente e indefensa. Tenemos que evitar que haya abortos, de ningún tipo; legalizándolo no lo lograremos. Te mando un abrazo”.
Recalco el criterio muy respetable de tales argumentos, alejado por completo de una visión mística y confesional (lo que se agradece). Sin embargo, yo acotaría que no todas las personas que se oponen a una ley que permita la interrupción voluntaria del embarazo son capaces de argumentar sin recurrir al mandato divino. Al igual que ha sucedido ya en otros temas polémicos, suelen optar por imponer su propia visión del mundo, o sea sus propios prejuicios. No es este el caso, por fortuna, aunque humildemente me atreveré a resaltar la existencia de algunos supuestos dignos de ser comentados.

En primer lugar, necesito dejar en claro que abogar por la legalización del aborto no es lo mismo que ser “abortista”. Esta es una confusión que muchos malintencionados (no creo que sea el caso de mi amigo) usan a modo de chicana para desacreditar nuestra postura. No puedo hablar por todos pero, tanto en mi caso como en el de la mayoría de las personas cercanas que comparten mi parecer, al bregar por una ley favorable no estamos haciendo apología del aborto. Salvando las distancias, eso es como decir que a partir de mi apoyo a la ley de divorcio quiero que todas las parejas den por terminado su contrato matrimonial, o que por haber celebrado la ley de Matrimonio Igualitario postulemos que, de aquí en más, todo el mundo debe casarse exclusivamente con personas de su mismo sexo. Lejos de ser una inocente confusión, estos juegos de palabras son armas afiladas por algunos grupos fundamentalistas que muchos enarbolan al descuido y que han servido históricamente para alertar sobre catástrofes sociales que nunca se produjeron. YO NO ESTOY A FAVOR DEL ABORTO. Simplemente creo que sería maravilloso que existiera una manera de EVITAR que una mujer tome la decisión de interrumpir un embarazo, pero lamentablemente eso es una utopía. No obstante, para mí y para la mayoría de los seres humanos, será de júbilo el día en que alguien pueda demostrar que estoy equivocado. Mientras tanto, por detestable que pueda resultarnos la idea, los abortos existen y van a seguir existiendo, aun en contra de las legislaciones punitivas y las campañas publicitarias. Ni siquiera en los países donde los abortos son legales y están complementados por una educación adecuada y un libre acceso a los métodos anticonceptivos se ha podido erradicarlos. La diferencia es que, en esos países, al menos no muere la madre.

Otro punto que quisiera comentar es el de suponer que “el problema central sigue siendo dónde comienza la vida humana”. No soy tan necio como para no admitir la veracidad de los hechos que mi amigo relata con tanto detalle y claridad. Pero lo que él pasa por alto es la posibilidad de que muchos consideremos que el “problema central” pasa por otro lado. Por supuesto que soy consciente de que todo aborto implica necesariamente el cercenamiento de una vida. ¿Cómo negarlo? Si no fuera así, no habría conflicto. El caso es que mi abordaje del tema incluye también la certidumbre de que se trata de una situación límite de la que nadie debería sentirse orgulloso pero a la que anualmente llegan cientos de miles de mujeres sumidas en la desesperación. En Latinoamérica, más de 20.000 mujeres mueren por año a causa de abortos clandestinos. Sería muy sencillo llegar a un acuerdo si el nudo de la cuestión fuera algo tan evidente como determinar el momento en que comienza la vida. Eso lo aprendí en la adolescencia con el libro de texto de Dos Santos Lara. El problema central, a mi criterio, es de carácter social y no científico.

La experiencia personal me ha demostrado que ninguna mujer toma alegremente la decisión de abortar. Para todas las que conozco se trató de una cuestión que marcó sus vidas para siempre. Las razones por las cuales se llega a semejante dilema son variadas: violaciones, métodos anticonceptivos mal empleados, la imposibilidad de negociar el uso de un preservativo, desesperación ante el abandono de su compañero, un descuido y un larguísimo etcétera. Muchas de ellas se hacen eco de la tradición que las relegó durante siglos al hecho de ser una mera matriz destinada a la procreación y se sienten miserables por desechar una maternidad impuesta desde la cultura, razón de ser y fin último para toda mujer que se precie. Para la gran mayoría de las mujeres, el aborto es una situación límite que les echa encima las cargas y los errores del pasado de cara a un futuro incierto. Y son el poder de esa incertidumbre, unido a la humana búsqueda de la dignidad, los que terminan inclinando la balanza, aun a costa de la propia vida. Y un dato insoslayable: tanto el ansia de dignidad como la incertidumbre aumentan cuanto más abajo se está en la escala socioeconómica. Porque no nos engañemos: el planteo ético-moral sería INDISCUTIBLE si no fueran solo las mujeres pobres las que mueren, aquellas que no tienen los medios necesarios para “deshacerse” del problema a cambio de una pequeña fortuna que pasa a alimentar los bolsillos de tanto granuja aprovechado. En el Paraíso Terrenal esta polémica no tendría razón de ser. Pero estamos en el mundo real. Tan real que, a pesar de contar con un Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, el mismo se ve entorpecido por mentes obtusas que, encarnadas en algunos médicos, docentes, jueces, funcionarios y autoridades civiles (guiados exclusivamente por sus creencias o intereses personales y por la injerencia impertinente de algunas religiones) alimentan la ignorancia y profundizan la desigualdad de oportunidades.

Lo terrible es que, mientras nosotros discutimos, las mujeres pobres se siguen muriendo.

Como tantos otros, yo no me considero un dios, me declaro incapaz de encontrar una solución perfecta y ni siquiera me animo a imaginarme en la piel de una mujer que se enfrenta a una situación tan crucial. Queda claro que las mujeres abortan y lo seguirán haciendo a pesar de las campañas, de las opiniones en contra y de la amenaza de una sanción penal. Como seres humanos que somos, solo podemos aspirar a lograr una disminución sustancial de los casos que se presentan actualmente y a una fuerte penalización de quienes se aprovechan de la desesperación y el desamparo o incumplen lisa y llanamente con lo que estipula la ley. Esto último se puede conseguir con la implementación efectiva de una legislación acorde. Lo primero, con adecuada educación sexual o con anticoncepción de emergencia (para las situaciones de violencia que terminan en embarazos no deseados).

Desde hace años, las organizaciones que trabajan en favor de la legalización del aborto libre y gratuito enarbolan una proclama que es mucho más que un slogan: “Educación sexual para poder elegir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Ojalá todos pudieran asimilar el verdadero significado de esta propuesta que es, en sí misma, muy concreta y comprensible.

Esto ha sido todo por hoy. Desde las frías callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que no cree en verdades absolutas, sino apenas en las humanamente posibles.


Novelas de Carlos Ruiz Zafón