viernes, 22 de septiembre de 2017

Tacle irlandés


"Todos tenemos algo de lo que nos avergonzamos. El recuerdo de un momento tan bochornoso que no sabemos si algún día podremos superarlo. Un momento que sigue desvelándonos a las cuatro de la madrugada. 'MARICA'... Cuando ocurrió mi momento terrible tuve miedo. Tuve miedo porque perdí al único amigo de verdad que jamás había tenido. La gente hace cosas malas por miedo".

viernes, 1 de septiembre de 2017

El leproso del aula


Cursaba la dictadura y yo el colegio religioso, detrás de cuyos muros se vivía una cotidianidad apacible en la que la muerte, las desapariciones y el programa de destrucción de la economía, basado en la toma ilimitada de deuda, no tenían entidad, no tenían nombre, ni algún otro sentido para nosotros que no fuera dado por los medios de comunicación en manos de los grandes depredadores ni, por tanto, en la familia burguesa. Las hostias y las caricias del señor B, ese rector que años después debió responder por abuso sexual, encarnaban en el alumnado lo real siniestro del país. Éramos impermeables a la catástrofe extramuros. Hasta que una tarde el silencioso chico Vázquez pronunció en la clase de religión la palabra pobreza, en relación a las villas miseria. Villas miseria y la opción del cristianismo por los siempre olvidados. La Biblia Latinoamericana, según ellos un engendro marxista, se coló en la respuesta indignada del profesor y en la mirada aterrada de todos nosotros. Vázquez estaba infectado de alguna horrible verdad. Como si se hubieran roto los vidrios de las ventanas entró el lenguaje como un ángel a confundir al alumnado, trajo con la verdad el pensamiento, y con este el acuerdo y el desacuerdo. Por un momento el colegio se sustrajo al desierto y arrojó luz sobre las fosas comunes y el ajuste eterno sobre los desposeídos. Si hubo alguien que quiso mantenernos en la oscuridad fue aquel profesor que se negaba a mencionar a los pobres como hoy el poder pretende que los docentes hagan en relación a la desaparición forzada de Maldonado. En aquel momento, como en este, pretendieron que los derechos humanos no tenían relación con la educación de los chicos. Ojalá que en nuestras escuelas crezcan más leprosos que piensen y no se callen lo que piensan.


Novelas de Carlos Ruiz Zafón