Esta historia comienza hace unos 20 meses, cuando un adolescente de 13 años (que vive en Villa Mercedes, un pueblito turístico de la provincia de Córdoba) se planta ante sus padres y les comunica que, a pesar de su cuerpo de varón, se siente mujer. "Quiero que me llamen Natalia", les dijo.
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Nati estaba en tratamiento psicológico desde los 6 años y, con el paso del tiempo, sus modos femeninos se habían ido acentuando. Hoy en día, se viste como mujer, se mueve como mujer, habla como mujer, piensa y siente como mujer. Sus padres y sus hermanos confiesan las dificultades que tuvieron que vencer para aceptar la nueva realidad de la joven, pero a los pocos meses, la familia decidió apoyar las demandas de Nati ante la Justicia.
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Así empieza un largo y tortuoso periplo por los corredores de los tribunales. La idea es obtener la autorización judicial que exige la ley para realizar el cambio de sexo. Este es el primer caso en el que el pedido de adecuación de sexo no es iniciado por el interesado en su mayoría de edad, sino por sus padres, cuando aún no es mayor, apelando a la patria potestad. El juez rechazó el pedido, argumentando que la patria potestad no es suficiente para sostener una decisión de cambio tan drástico y que se deberá aguardar a la mayoría de edad. Los padres de Nati apelaron, profundizando sus reclamos de derecho a la identidad y de oposición a la discriminación. Sin embargo, en diciembre de 2005, la Cámara Civil, Comercial y del Trabajo de Villa Dolores rechazó por aspectos “formales” la solicitud de la adolescente.
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Nati no lucha solo contra su naturaleza errada. La vida en el pequeño pueblo de Villa Dolores no es juego de niños para ella. Si bien siempre fue notorio que se trataba de un "caso raro", todos los vecinos hacían la vista gorda. Pero las cosas cambiaron cuando ella decidió asumirse como mujer y, sobre todo, cuando el asunto tomó estado público. “Siempre hay un grupo que me agrede –describió Nati–. No en forma directa, pero escucho las risas. Me ven como un bicho raro. Así no se puede vivir. Por eso busqué un cole nuevo, porque en el cole anterior no podía seguir. En ese cole nuevo, los primeros días los pasé desapercibida entre todos, pero llegó el chimento, es una ciudad muy chica y se enteraron”. “Las personas confunden la identidad sexual con la orientación sexual –agregó asumiendo una posición crítica–. Mi identidad sexual es la de una mujer; pero mi orientación sexual es la heterosexualidad. No me gustan los homosexuales. No es que esté en contra de ellos, pero no estoy de acuerdo, no me gustan los hombres gay. A mí me gustan los machos”. O sea que, Nati es tan heterosexual que sus ideas bordean la homofobia.
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Cabe aclarar que el caso de esta joven es un caso de TRANSEXUALIDAD, o sea, una persona cuya IDENTIDAD sexual no concuerda con su ANATOMÍA sexual. Es necesario diferenciarlo de la INTERSEXUALIDAD, es decir: la condición de una persona que presenta, de forma simultánea, características sexuales masculinas y femeninas, en grados variables (puede poseer una obertura vaginal la cual puede estar parcialmente fusionada, un órgano eréctil -pene o clítoris- más o menos desarrollado y ovarios o testículos, los cuales suelen ser internos). Los TRAVESTIS solo gustan de vestir ropas del sexo opuesto, más allá de su identidad sexual.
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“Yo siempre digo que es como una botella de Coca Cola que adentro tiene Seven Up. Mi cuerpo es la botella y yo soy la Seven Up”. El paralelismo utilizado por la joven no puede ser más didáctico.
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Por suerte (porque en estas latitudes tan latinoamericanas, cuando se trata de Justicia, hay que encomendarse a la suerte), la Corte Suprema de la Provincia de Córdoba, el 31 de julio pasado, admitió finalmente el pedido de reasignación sexual. Nati podría (en virtud el fallo) iniciar un tratamiento médico para aplicarse hormonas femeninas con el fin de adecuar su cuerpo a su psiquis. Luego vendría la operación y finalmente el papeleo legal que le dé una nueva identidad, una que figure en sus documentos.
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La Corte Provincial está sentando jurisprudencia. No es la primera vez que en el país la Justicia autoriza a una persona a cambiar de identidad, pero esa solicitud siempre fue presentada por el interesado/a en su mayoría de edad. Esta es la primera vez, en el mundo, en que la solicitud es representada a través de llos padres en pleno uso de la patria potestad. La solicitud de Nati continuará su trámite legal como lo haría cualquier solicitud de un adulto. Deberá recibir la autorización en Córdoba y avanzar clínicamente en La Plata, donde se encuentran los especialistas médicos.
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Mientras tanto, Nati seguirá viviendo en una ciudad pueblo de Traslasierra, donde el silencio se mastica por la espalda.
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3 comentarios:
¿Nos estaremos convirtiendo de a poco en un país civilizado?
(qué es de la vida de Monseñor Quaraccino?? Así de golpe me acordé de el)
1. De a poco vamos avanzando, por suerte.
2. A Nati el psicólogo le debería hacer entender además como funcionan las fobias.
3. Sería bueno que Nati siga viviendo donde vive, pero va a ser muy dificil para vivir una vida sin problemas, por los prejuicios.
4. Quarracino (para Srta. Cosmo)está en una isla para homofóbicos en un lugar muuuy caluroso... Habría que preguntarle a Víctor Sueiro.
Admiro enormemente a la gente que defiende su postura, sus ideales su realidad, Nati apesar de su corta edad nos da un ejemplo claro de VALOR, la gente siempre hablará bien o mal, porque haces o porque no haces.. nadie es perfecto.. pero... quien quiere ser nadie ?
un beso Huije.. que tengas un excelente día
Besos desde México
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