viernes, 13 de octubre de 2006

MA' QUÉ ENCUENTRO!


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"Día de la Raza" es el nombre que reciben en la mayoría de los países hispanoamericanos las fiestas del 12 de Octubre, en conmemoración del avistamiento de tierra por el marinero Rodrigo de Triana en 1492, luego de haber navegado más de dos meses al mando de Cristóbal Colón a lo que posteriormente se denominaría América. La fecha marca el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro y fusión de los pueblos originarios del continente americano y los colonizadores españoles.
El Día de la Raza fue establecido en la Argentina en 1917 por decreto del presidente Hipólito Yrigoyen, como reafirmación de la identidad hispanoamericana frente a los Estados Unidos y la Doctrina Monroe. Posteriormente la fecha fue instituida como fiesta nacional en varios países de Hispanoamérica:
- Venezuela, en 1921 (el presidente Hugo Chávez lo cambia a "Día de la resistencia indígena" en 2002).
- Chile, en 1923. En 2000 por la Ley Nº 19668, recibe el nombre de "Día del Descubrimiento de Dos Mundos" (aunque todavía se usa el antiguo) y se celebra como feriado el lunes más cercano al 12 de octubre.
- México, en 1928.
- Uruguay, donde se denomina "Día de las Américas", diferente a la fiesta del mismo nombre que se celebra el 12 de abril.
En España, esa fecha también se celebró como Fiesta de la Raza entre 1918 y 1958, año en que mediante un decreto se cambia su denominación oficial por la de "Fiesta de la Hispanidad". En la actualidad es la fiesta nacional española.
En los Estados Unidos una celebración similar es conocida como "Día de Colón", si bien con un carácter de celebración de la comunidad italo-americana.

Esta es la información más o menos completa sobre la celebración del "Día de la Raza" y la transmito porque quizá, como a mí, a muchos les dé intriga saber por qué "raza", si comúnmente se celebra simplemente la llegada de Colón a las costas de América. Bueno, parece ser que es un nuevo eufemismo. Si bien es cierto que, con la llegada de los europeos se dio lugar a un mestizaje que muchos consideran una "nueva raza" (la criolla), el famoso "encuentro" de los pueblos americanos con la cultura europea resultó no ser el cuentito rosa que nos contaban en la escuela. Seguramente no estoy diciendo nada nuevo, nada que ya no hayan escuchado o leído por ahí. Pero, a la luz de la realidad actual, se me hace que no está de más repetir algunos conceptos.

El 12 de Octubre de 1492 se dio inicio a un largo proceso de genocidio hacia los originarios dueños de América, el saqueo de sus tierras y riquezas, el silencio de sus lenguas, el ocultamiento de sus culturas, muchas de las cuales ya han sido extinguidas y las que no, se debaten entre el olvido y el desprecio de pueblos y gobiernos.

Como todos los estados americanos, Argentina tiene rostro indígena. Siempre lo tuvo, aunque muchos cierren los ojos a esta realidad. O lo que es peor: tapen la miradas de niños y jóvenes para negar su existencia. De este modo, los "blancos" no hemos hecho más que achicar también nuestro horizonte.
Todos los pueblos aborígenes, a pesar de las diferencias geográficas, de las distintas realidades sociales donde viven, luchan por mantener sus sistemas de valores, su cosmovisión, una identidad propia, estilos de vida sostenibles respecto a la naturaleza. Pugnan en contra de una historia de marginación y resistencia para evitar la asimilación a la sociedad general, una larga lucha por sobrevivir a tanta opresión antigua y a condiciones adversas y difíciles.

La lista de conflictos por el reconocimiento de los derechos legítimos de los pueblos nativos es extenuantemente larga. En la siguiente página, los que se interesen en el tema podrán tener un panorama bastante amplio y completo de la gravedad del asunto:

http://argentina.indymedia.org/features/pueblos/

Entre tanto, los pueblos nativos nada tienen para festejar el 12 de Octubre. Nosotros tampoco deberíamos tenerlo.


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Esto es todo por hoy. Desde las callecitas de la Misteriosa Buenos Aires, se despide Víktor Huije, un cronista de piel roja y con el corazón puesto en la tierra.


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