viernes, 15 de septiembre de 2006

LA VIDA ES UNA CÁTEDRA


Ya que venimos celebrando cumpleaños, en el día de hoy cumple 69 años un caballero que supo gobernar la Argentina... No... en realidad no supo. Decía que sabía. El 48,7% del electorado argentino, en aquellas elecciones del 24 de octubre del '99, supuso que sabría, pero lo cierto fue que NO TUVO LA MENOR IDEA DE CÓMO HACERLO.

La gente necesitaba con desesperación dejar atrás décadas y décadas de violencia y corrupción, que llegaron a su punto culminante en los años de la dictadura militar y durante la década del gobierno de la Rata Riojana. El desempleo se acercaba al 14 por ciento, luego de haber alcanzado la cifra récord de 18,6% algunos años antes, y la pobreza había sido triplicada en proporción a la existente antes de llegar la Rata al poder. El país tenía serios problemas en materia educativa y sanitaria, y un alto grado de degradación moral en la dirigencia política y social. Además, el gobierno peronista dejaba un elevado déficit fiscal, con un rojo de más de 8 mil millones de pesos (dólares por aquellas épocas).

De él, se decía que "era aburrido". Pero a nadie le molestaba porque uno no quería un payaso en la Rosada. Además, después de la década de la Rata, durante la cual todo discurso era motivo de burla (hasta que uno tomaba conciencia de la gravedad de las medidas que esos discursos anunciaban), era casi esperanzador un presidente que no sonriera ni se quisiera hacer el simpático.

Sin embargo, todo cambió para que nada cambiara. El señor aburrido, dando muestras de un autismo inconcebible en un mandatario, siguió a rajatabla las recetas del Fondo Monetario Internacional, desoyó los reclamos sociales y profundizó el régimen corrupto que le habían heredado sus predecesores. Su propio vicepresidente renunció, impotente ante uno de los casos de corrupción más flagrantes del Senado que presidía: una ley que "flexibilizaba" las relaciones laborales fue COMPRADA por el gobierno.

Esta combinación de ineptitud política y severa crisis económica, sumieron a la población en una suerte de hartazgo colectivo. Saqueos, huelgas, y manifestaciones populares se sucedieron en todo el país a finales de finales de 2001, por parte de las clases bajas y medias-bajas, fogoneadas por un sindicalismo que parecía despertar luego de diez años de letargo e inacción durante el gobierno justicialista de la Rata.

A mediados de diciembre, la situación social se hizo más explosiva que nunca. El Presidente, que aparecía ante los medios como lejano a la realidad que lo rodeaba (aparecía en el programa de Susana Giménez lamentando la extinción de la merluza), llamó a la población a la calma. La rebelión popular, lejos de terminar, sumó el apoyo de la clase media, cuando las viejas cogotudas de Barrio Norte se dieron cuenta de que les habían confiscado sus depósitos bancarios (aclara quien suscribe que, con anterioridad, para esas señoras tan elegantes los piqueteros que cortaban calles y protestaban porque se cagaban de hambre eran poco menos que rasposos subversivos). La respuesta del presidente a todo esto fue decretar el Estado de Sitio en todo el país, el cual daría lugar a una una feroz represión que provocó más de 20 muertos los días 19 y 20 de diciembre.

Aquellos fueron de los días más amargos que recuerde. Todo se venía abajo. Y no era metáfora. Fue cuando decidí partir, con todo el dolor que eso representara. La fotografía que hoy publico es una de las últimas imágenes que me llevé a Chile. Representaba la muerte de otra esperanza y la conciencia de mi propia estupidez. Había creído que ese hombre que se escapaba de la Casa Rosada en helicóptero, la tarde del 20 de diciembre de 2001, era capaz de llevar al país al sitio que su gente merecía. Lo único que logró fue demostrar que era más idiota que Susana.

Lecciones que nos da la vida.


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Esto ha sido todo por hoy. Desde las callecitas de Buenos Aires (esas que tienen un "no sé qué"), se despide Víktor Huije, un reportero que siempre se está yendo pero nunca se aleja.


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1 comentario:

Gustavo López dijo...

Raro en Ud. que se equivoque..., pero "caballero (?) que supo(?)"

Saludos!

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