lunes, 31 de julio de 2006

SU GUERRA. NUESTRA MUERTE



Opacados por una guerra que consterna a media humanidad, pasan cosas que no debiéramos dejar de lado.
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Hace un año y días sucedió, en Londres, lo que para cualquiera sería (lisa y llanamente) un asesinato. Sin embargo, esta muerte puso en evidencia con cuánta impunidad se manejan algunos gobiernos poderosos. En el Primer Mundo, hay algunas vidas que valen menos que otras y el hecho de matar no siempre merece ser juzgado de la misma manera. ^
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El 22 de julio de 2005, un grupo de agentes londinenses persiguió a Jean Charles de Menezes, un electricista brasileño al que confundieron con un terrorista. Lo acorralaron y lo mataron de ocho balazos. Siete de ellos, en la cabeza.
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Por entonces, Londres todavía estaba conmovida por los atentados terroristas a su red de subterráneos y las fuerzas de seguridad veían sospechosos en cualquier persona con aspecto de inmigrante. Una año después, la fiscalía británica decidió que no presentará cargos contra los agentes, porque no existen pruebas suficientes para llevarlos ante los tribunales.
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A ver... Recapitulemos.
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Menezes, un joven de 27 años, murió de ocho balazos. Ocho tiros efectuados por agentes de seguridad (¿?) que lo persiguieron por los pasillos de Stockwell Station. Ocho disparos que, sin embargo, no alcanzan para testimoniar la comisión de un homicidio. Ocho balazos que no son suficientes para desenmascarar un hecho de flagrante xenofobia.
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En sus conclusiones, los fiscales solo recomiendan que la policía metropolitana sea multada por infringir la legislación sobre seguridad, al no garantizar la protección del joven brasileño. Pero más allá de las declaraciones oficiales, en la sociedad londinense aun sobrevive la idea de que los policías hicieron lo correcto. Es más, el oficial que estaba al frente de la división armada que asesinó a Menezes aseguró en todo momento que sus hombres no merecían ser llevados ante la justicia. "Nosotros le exigimos a esta gente que haga algo extremadamente difícil y ellos pensaron que, con sus acciones, hicieron de Londres un lugar más seguro" (SIC).
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Queda claro así que la discriminación y la ignorancia no son patrimonio de nuestros países subdesarrollados. Pero no por ello deberíamos suspirar con alivio. En estos casos, siempre seremos nosotros las víctimas de sus miedos.
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Un año atrás, recuerdo haber mantenido una discusión muy acalorada con alguien muy cercano a mis afectos que, desde un análisis por demás inocente y simplista, esbozó una disculpa para este hecho altamente vergonzoso y aberrante. "Que se joda... ¿para qué corrió?" fue su paupérrima conclusión. Y yo (que me caracterizo por un temperamento más bien sanguíneo) estuve a punto de hacerlo sucumbir bajo el peso de mis convicciones. Pero como lo quiero, le salvé la vida.
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¿Por qué corrió?
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Se me ocurre más de una respuesta para esta pregunta. Me figuro que, en su condición de inmigrante, Menezes tuvo miedo de ser arrestado y deportado. ¿Tendría sus papeles en regla? No lo sé. Y no lo averigüé porque no me importa. También puedo imaginar que, en su condición de latinoamericano, Menezes asimiló culturalmente un instintivo temor hacia el accionar de las fuerzas de seguridad. Tampoco lo sé, pero puedo suponerlo. También puedo considerar razones menos cándidas. Digamos que, tal vez, se tratara de un ratero o (¿por qué no?) un terrorista pagado por Al Qaeda...
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No importa por qué corrió. Las causas de la actitud de Menezes hubieran tenido relevancia si los policías hubieran cumplido con su deber. Después del homicidio, lo único que queda es el cadáver de un inocente (porque la inocencia de Menezes quedó bien demostrada). Así como, después del comentario de mi amigo, lo único que queda es la certeza de que la vida no vale nada.
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Hace algunas décadas, cuando las fuerzas militares eran dueñas del país (gracias al apoyo de unos pocos y el silencio de muchos), la frase "algo habrán hecho" era moneda corriente. Con ella se buscaba justificar el secuestro de personas por parte de las autoridades de facto, en nombre de una supuesta lucha contra la subversión. Ese "algo habrán hecho", dicho con tanta liviandad y con tan mala leche, dejaba al descubierto un completo desprecio por el semejante. Porque "semejante" no significa "igual". Un semejante "parece" igual a mí, pero no lo es. A mí JAMÁS se me ha sospechado de delincuente. Esta lógica de almacén es la que nos han enseñado durante siglos. El famoso "sálvese quien pueda" que ha cargado tantas muertes sobre la conciencia de nuestra sociedad y que aun no merece un rechazo unánime.
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El asesinato de Menezes representa un acto de prepotencia seguida de impunidad extremadamente repudiable. Pero la justificación de cualquier crimen, por parte de las potenciales víctimas, es una muestra vergonzante del largo camino que aun nos queda por delante, para alcanzar la sociedad justa y equitativa que algunos soñamos.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la sociedad justa y equitativa con la que todos soñamos ya se nos fue de las manos.
A nadie se lo mata por correr y menos de 8 balazos. No se que futuro le espera a nuestros hijos, que es lo que mas me preocupa, pero estoy casi segura que la impunidd sobre este tipo de cosas ira "in crescendo" hasta que todo explote.
No me gusta ser negativa, pero es lo que día a día.
Un beso

Anónimo dijo...

Holaaa Gracias por escribirme... yo ya creo conocerte mucho mas que tu a mi jajajaj e encanta tu flog es de lo poco rescatable de todo el fotolog la verdad deja siempre un buen mensaje.. me llamo Azeneth Escobedo Saldivar.. vivo en Monterrey México, al norte de México como a 3 hrs de EUA.. estoy casada y tengo una beba de 2 añitos a la cual adoro..
Me siento afortunada de poder contactar gente como tu que apesar de las millas estemos ahora charlando... bendita tecnología para unas cosas es una bendición.

Bueno.. queria saludarte y agradecerte el que me contestaras ahora ya se donde firmar jajaja felicitaciones por tu flog y si.. efectivamente te has vuelto muy famosillo pero de esa fama 100% buena que te has creado por tan buenos artítulos..
También felicitaciones por la relación tan bonita que llevas con victor que en tu manera de escribir se ve que eres un hombre muy afortunado..
bueno ya no te entretengo.. saludos y que esten muy bien.. tu y tu marido..
UN BESO ENORME Y UN PLACER CONOCERTE.

azeneth

Novelas de Carlos Ruiz Zafón