domingo, 5 de julio de 2020

Extinción (2015)



Hace algunos años (supongo que tres o cuatro) escribí ya una crítica sobre esta película que (en su momento y hoy de nuevo) me perturbó, me emocionó y me hizo reflexionar. Todo al mismo tiempo. Lamentablemente, esta red social no permite el acceso a las publicaciones propias más antiguas, por lo que me fue imposible encontrarla, ahora que he vuelto a ver el film.



La película se llama "EXTINCIÓN" y es del año 2015. Se trata de una extraña coproducción española-yanky-francesa-húngara en la que incluso hubo dinerillos de nuestro Axel Kuschevatzky.



De buenas a primeras, hace nueve años, una infección convirtió a los humanos en monstruos sanguinarios y solo sabemos de tres sobrevivientes: Jack, la pequeña Lu (de nueve años) y "el vecino Patrick" (como lo llama la niña).



Algo muy terrible ha sucedido entre los dos adultos. Se odian profundamente y, a pesar de ocupar casas contiguas, no hay relación entre ellos. En una vivienda, Patrick y un perro que ni siquiera tiene nombre. Patrick caza animales para su sustento y opera un aparato de radio con el que espera comunicarse alguna vez con algún otro sobreviviente.



A escasos metros de allí, Jack cría a su hija con los temores y la imaginable regurosidad que el contexto parece imponer. Le enseña a leer, a calcular, a cuidar su higiene... pero inexplicablemente le prohibe salir de la casa y se rehusa a aceptar de que Lu está creciendo. En una suerte de adolescencia temprana, los cuestionamientos se endurecen y el conflicto entre padre e hija es cada vez más serio. En medio de ese entorno hostil, Lu va tomando conciencia de su necesidad de independencia y necesita demostrarse que es capaz de cuidarse a sí misma. Y tiene, además, sus sospechas acerca de lo sucedido con su madre.



Es obvio que la acción se descontrola cuando descubren que no están solos. Hacía tanto tiempo que no daban señales de vida que Jack quiso convencerse de que incluso los monstruos habían muerto a causa del frío reinante en la región. Pero no era así.



Si buscan una película con grandes efectos especiales, pasen de largo. Esta es una película por momentos lenta, en donde la tensión se basa en lo sicológico. Aunque no carece de una buena dosis de sangre y truculencia, como corresponde a una buena historia post apocalíptica.



La crítica especializada la ha denostado. Sin embargo, en las páginas de cine donde los lectores tienen posibilidad de emitir su voto, las calificaciones se alinean más con mi visión: una historia en la que los monstruos son tan solo una excusa para hablar de la humanidad y de ese mundo interior que se construye en el interior de cada ser humano a medida que se enfrenta al desafío de sobrevivir.



Esto es todo por hoy. Desde las heladas y pandémicas callecitas de la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires, se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que hoy ve en esta película un paralelismo con nuestro actual aislamiento, el miedo y la necesidad de esperanzas.





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