martes, 13 de marzo de 2007

EL ÁNGEL DE LOS POBRES


La sociedad y el espectáculo necesitan producir héroes y santos. Los medios saben que la imagen termina por imponerse y que de ella nace el mito.
El mito de la Madre Teresa de Calcuta la presenta como la encarnación moderna de la santidad, una mujer que consagró su vida a Dios y a los pobres, condición que fue refrendada por la propia Iglesia Católica con su beatificación, dispuesta por su amigo personal, el papa Juan Pablo II.
Pero no todos están dispuestos a aceptar el halo de pureza y espiritualidad con que se pretende envestir a esta mujer pequeña, con el rostro surcado de profundas arrugas y cubierta con el manto blanco de orlas azules que distingue a las religiosas adscriptas a la congregación que ella fundara: LAS MISIONERAS DE LA CARIDAD.
Un periodista británico, Christopher Hitchen, realizó una profunda investigación que expuso las contradicciones de esta figura que, hasta el momento, nadie se atrevió a cuestionar.
Nacida en Macedonia, en el seno de una familia de origen albanés, ingresó primero a una orden religiosa irlandesa con misiones en la Índia. A principios de los años 70, un documental la convirtió en una celebridad internacional y en 1979 recibió el Premio Nobel de la Paz.
Por esa misma época, sin embargo, cultivaba amistades con personajes tales como el matrimonio Duvallier, dictadores de Haití, quienes la premiaron con la "Legión de Honor" en 1981. La monja albanesa viajó a recibir el galardón y luego declaró públicamente que los siniestros Duvallier no solo amaban a los pobres sino que éstos también adoraban a los mandatarios.
Entre sus apoyos también figuraba Ralph Reed, dirigente de la Christian Coalition, un movimiento político fundamentalista creado por la tv evangelista, llamado irónicamente "la mano derecha de Dios". También figuraba entre sus amigos el político Pat Robertson, íntimamente ligado a los intereses de la familia Bush.
Otro punto oscuro de la Madre Teresa fue su relación con el estafador norteamericano Charles Keating, que se quedó con cientos de millones de dólares de pequeños ahorristas. Keating había donado a la monja U$S 1.250.000 y solía prestarle su avión particular para sus traslados. Cuando fue llevado a juicio, la religiosa escribió una carta al tribunal que lo juzgaba pidiendo clemencia para alguien que "hizo mucho para ayudar a los pobres". El fiscal le respondió detallando los delitos del acusado y exhortándola a devolver el dinero recibido del estafador. La Madre Teresa jamás respondió a ese pedido.
Su amistad con la Princesa Diana también alimentó sin descanso a los medios. Era imposible imaginar mayor contraste entre las dos mujeres. La Madre Teresa era una acérrima enemiga del divorcio y realizó activas campañas en contra de la disolución matrimonial. Sin embargo, cuando Lady Di se divorció, dijo que estaba bien, que ninguno de los dos era feliz.
Pero esta es apenas una nota de color. Uno de los aspectos más sombríos de la monja fue develado por una de sus propias discípulas, después de abandonar la orden, una gigantesca organización que posee más de 400 sedes. La disidente estaba nada menos que a cargo de recibir las donaciones que personas de todo el mundo enviaban a la Madre Teresa. Recuerda que en un año había algo así como 50 millones de dólares en una sola cuenta de banco en Nueva York. ¿50 millones de dólares en un país protestante? ¿Cuánto estarían entonces recolectando en Europa o en el resto del mundo, en países con gran población católica? Se calcula que recogían al menos 100 millones de dólares cada año. Estos fondos (que fueron donados para paliar el hambre en África, para víctimas de inundaciones en la India y otras causas) no se utilizaban para construir hospitales ni centros de ayuda, sino para abrir más sucursales de las Misioneras de la Caridad. La biógrafa oficial de la Madre Teresa, Kathryn Spink, escribe: "En cuanto las hermanas se establecen en cierto país, la Madre Teresa les retira todo apoyo financiero". Por consiguiente, las ramas de la orden en los países más necesitados, sólo reciben un apoyo inicial. La mayor parte del dinero, permanece en el Banco del Vaticano listo para financiar los lucrativos créditos que decide la cúpula cardenalicia.
Es que las ideas de la Madre Teresa eran casi medievales. El dinero recibido era una muestra de la aprobación divina de su trabajo con los pobres. El sufrimiento de todos los desamparados y menesteroso que iban a parar a sus hogares (verdaderos morideros), algo necesario y querido por Dios. Nada había que hacer para aliviarlo o suprimirlo.
Igual política era aplicada a los miembros de la congregación. La ropa debía ser lavada a mano y el aseo personal se hacía con un solo balde de agua. Los chequeos médicos eran un lujo innecesario. POBREZA, RESIGNACIÓN Y ESTOICISMO. Esos eran los ideales de la Madre Teresa.
Condenó férreamente todo proyecto para luchar contra la injusticia en la tierra, como la Teología de la Liberación y los movimientos surgidos del Concilio Vaticano II.
En el discurso que dio al recibir el Nobel dijo que el mayor peligro que amenazaba a la paz mundial era ¡EL ABORTO!
Pero hay una frase suya que la resume: "Hay algo muy hermoso en ver a los pobres aceptar su suerte y sufrirla como la pasión de Cristo. EL MUNDO GANA MUCHO CON EL SUFRIMIENTO".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! vi tu comentario, jajaja q buena!!! luego me cuentas cómo llegaste a mi blog, aún no lo produzco :) por lo que no es encontrable por los buscadores.

Un besote, cuidate.

ReinaDeSalem dijo...

Vaya, vaya..., la cantidad de cositas que me estaba yo perdiendo de la santita...

La verdad es que yo no creo en santos..., así que sencillamente se trata de esas cosas que definen a una persona, a esa persona. Pueden llamarla santa, pueden llamarla Perica de los Palotes.

Y como persona ella, y como persona yo..., somos muy diferentes.

La guinda del pastel, o lo que es lo mismo, decir que el mayor peligro que amenaza la paz mundial es el aborto..., no voy a hacer comentario alguno. Prefiero reírme ante semejante estupidez...

Y es que..., santa o no, estupideces decía un rato largo.

Mil besos.

Gustavo dijo...

¡Mirá vos!
No tenía ni puta idea que era así la vieja.
Pero no me sorprende en verdad. Creo que nada del ser humano me sorprende a esta altura de mi vida.

También existe el otro lado de la torta frita, ese ser desconocido que por ahí ni siquiera católico o religioso es, y de repente descubrís que es un alma santa que realiza una labor de puta madre ayudando y dando una mano a los que lo necesitan.

Gustavo López dijo...

No sé que decir. No la veo como una vieja turra, sino como alguien que vivió por los demás, equivocándose tal vez, pero no creo que de mala fe.

Capaz me equivoco. Pero vivió pobre y se sacrificó por los pobres.

Tal vez quienes la rodeaban no la "asesoraban" bien...

Solo opinaba. Saludos Vik.

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