lunes, 19 de marzo de 2007

DIVERSIDAD SEXUAL Y DICTADURA


La historia de los movimientos de reivindicación gay en Argentina comienza en 1969, cuando surge el grupo Nuevo Mundo, creado por un sindicalista comunista, Héctor Anabitarte. Se reunían en una casilla cerca de la estación de Gerli. Como el grupo era clandestino, cada 15 minutos se tenían que agachar para que no los vieran desde el tren. En sus publicaciones, cuya lectura es absolutamente conmovedora, queda claro que tenían totalmente interiorizado el tema de que eran culpables de alguna cosa. Ese grupo se unió con lo que después fue el Frente de Liberación Homosexual (FLH), que se creó en la década del setenta, en el barrio de Once, en una reunión en la que estuvieron Manuel Puig, Juan José Sebreli, Blas Matamoro y Anabitarte.
El grupo se disolvió finalmente poco antes de la llegada de los militares al poder, en 1976.
La represión estrictamente gay se desata en marzo del 78, como parte de la "limpieza" previa al Mundial de Fútbol. La Policía Federal recorre la ciudad en busca de homosexuales. Se imparten cursos para la identificación gestual de las víctimas. La vida nocturna gay es completamente destruida. Quienes se resisten son salvajemente golpeados en público. Los justificativos son siempre los mismos: subversión o drogas. La práctica del chantaje al homosexual detenido se vuelve una práctica cotidiana.
El golpe de Estado fue una alianza de sectores reaccionarios en lo social con sectores liberales en lo económico. En los siete años que duró la dictadura, todos los movimientos de reivindicación fueron fuertemente golpeados hasta ser casi aniquilados. Los principales referentes del FLH tuvieron que partir al exilio. Tal fue el caso de Néstor Perlongher (exiliado en Brasil) o Blas Matamoro y Héctor Anabitarte (exiliados en España).
El secuestro y desaparición de personas frenó las reivindicaciones de toda clase, sobre todo de las feministas y l@s homosexuales, que no sólo eran blanco de los militares en términos de represión política y desaparición física, sino que sufrieron también el embate del discurso religioso y conservador de la Junta a nivel social, que se plasmó en todas las instituciones (escuelas, legislación, iglesia, etc.), y que significó un terrible retroceso en cuanto a la lucha por el reconocimiento de la diversidad sexual, de los derechos sexuales y reproductivos, del derecho al aborto, etc. La sociedad argentina debió marchar al paso de las botas militares, que querían mujeres amas de casa, madres y sobre todo sometidas. Los hombres debían ser machos heterosexuales. Las lesbianas en este esquema no existían. Las travestis tampoco.
En la oscuridad, mientras tanto, las mujeres y l@s militantes homosexuales sufrían el ensañamiento de la tortura sobre sus cuerpos focalizada en su sexualidad y genitalidad. El trato que recibieron las personas homosexuales detenidas por las hordas del terrorismo de estado fue brutal, y las mujeres eran sometidas a violaciones y humillaciones sexuales sistemáticas. La apropiación del cuerpo de las mujeres se extendió también a sus hijos nacidos en cautiverio, en lo que hoy sabemos que fue un método sistemático de robo de niños.
Carlos Jáuregui, en "La homosexualidad en la Argentina", cuenta que uno de los responsables de la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas que recopiló información sobre los años oscuros y publicó finalmente el "Nunca Más") confirmó la existencia de por lo menos 400 homosexuales integrando la lista del horror. Y dice que “el trato que recibieron fue similar al de los compañeros judíos desaparecidos, especialmente sádico y violento”. Esto no se contó en el "Nunca Más". Mucho tiempo después, Jáuregui contó que el rabino Marshall Mayer le había admitido que esa escandalosa omisión se habría debido a las presiones del ala católica de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
Pero la persecusión contra los homosexuales no fue pecado exclusivo de los sectores de derecha. Las organizaciones guerrilleras no supieron tampoco darse una política con respecto a la diversidad sexual. El ERP se horrorizaba porque los homosexuales estaban encerrados en las mismas cárceles que sus militantes. En este hecho se basa Manuel Puig para escribir "El beso de la Mujer Araña".

Así llegamos a los tiempos actuales, en los que todavía seguimos reclamando por nuestr@s desaparecid@s y seguimos luchando por que aquellos años de oscurantismo no vuelvan a producirse, en medio de una discusión infame acerca de si tenemos o no derechos como seres humanos.
Desde mi humilde sitio, quiero que el mundo sepa que el mejor homenaje a l@s desaparecid@s no está en los bronces, sino en la lucha de una comunidad GLTTTBI que no se resigna a ser la escoria de la sociedad. En el latir de cada lucha de hoy, laten la pasión, el compromiso y la esperanza de l@s 30.000 luchadores de ayer.


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30.000 DESAPARECID@S
30.000 ESPERANZAS

1976 -- 24 de marzo -- 2007
CHARLA-DEBATE: Diversidad Sexual y Dictadura



"Queremos construir otro mundo.
Un mundo en el que la diversidad sea una ventaja,
donde fluya un intercambio sin barreras,
donde las palabras, los cantos y los sueños florezcan"
(Carta de las Mujeres para la Humanidad)


Expositores:
- Rafael Freda (Dirigente de SIGLA)
- Marcela Romero (Presidenta de ATTTA)
- Jorge Barral (Director de Promoción para la Equidad de la Prov. de Buenos Aires)
- Cristina Calcagno (Familiar de desaparecidos)
- Diego Cao (Coordinador del Programa de VIH y DDHH de la Prov. de Buenos Aires)

Coordina: Eduardo Soto (GLOBA Diversidad)


Organiza GLOBA Diversidad
con el apoyo de la Dirección de Derechos Humanos del Municipio de Morón

Miércoles 21 de Marzo - 20hs
Salón de Usos Múltiples (S.U.M) del Predio Gorki Grana
(Casa de la Memoria y la Vida).
Santa María de Oro 3530, Castelar, Prov. de Buenos Aires
altura Rivadavia al 21.300.
a 3 cuadras de la estación de Ituzaingó.




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