jueves, 5 de abril de 2007

DE RELIGIONES Y HOMOSEXUALIDADES


Jerarcas de diferentes religiones han manifestado opiniones directas de la homosexualidad como una aberración de la conducta humana. Aunque el principal promotor de la homofobia religiosa es el catolicismo, otras religiones no se han quedado atrás.

Bajo el argumento de que Dios creó al hombre y la mujer para que se reprodujeran en función de la familia, el catolicismo ha condenado desde siempre el homosexualismo. Este rechazo se ha manifestado a través de la historia de diferentes maneras. Es por todos conocida la historia de Sodoma y Gomorra. El mismo Moisés declara que "el hombre que se acuesta con un varón igual que lo hace uno con una mujer" deben ser muertos sin dilación. Jesús no hace referencia (ni a favor ni en contra) a nosotr@s, pero San Pablo nos niega el ingreso al Reino de Dios, en una larga lista en la que compartimos infortunio con los ladrones, los asesinos, los adúlteros, los avaros y los borrachos, entre otros muchos. Curiosamente, algunos estudiosos consideran que el propio Jesús era homosexual (hablé sobre el tema el año pasado en mi fotolog: http://ubbiar.fotolog.com/el_huije/10902347). Sin embargo, a lo largo de la historia se ha hablado del homosexualismo como de algo abominable, causante de pestes (como el SIDA) que resultan un "castigo divino". Recientemente, ante el auge de legislaciones que reconocen nuestra igualdad jurídica con el resto de los mortales, el Vaticano ha declarado que estas leyes van "contra la ley de Dios". Venenito 16 siempre se ha manifestado en nuestra contra, instándonos al sacrificio de la castidad como única salvación ante una forma de vida que amenaza contínuamente con destuirnos.

Además del catolicismo, otra de las religiones esencialmente homófobas es el islamismo, que tiene una visión de la diversidad sexual aun más dura que la anterior. Tanto es así que las personas gays (tanto hombres como mujeres) al ser descubiertas en actos considerados impuros pueden ser sometidas a duras penas de cárcel, latigazos e incluso a la pena de muerte. Obvio que no todos los estados islámicos son fundamentalistas. Uno de los casos más estremecedores tuvo lugar en 2005, cuando dos jóvenes iraníes, de 16 y 18 años, fueron ahorcados públicamente, acusados del "delito" de homosexualidad.

El budismo considera que la homosexualidad es un "conflicto" entre el cuerpo y el alma y representa una "falla" en la reencarnación (¡glup!). Sin embargo, algunos estudios aseguran que Buda aceptó la ordenación de monjes homosexuales, con la excepción de los llamados "pandakas". Los pandakas eran caracterizados como personas poseídas en alto grado por pasiones sexuales (ussanakilesa), por una lujuria irrefenable (avapasantaparilaha), esencialmente dominados por su libido (parilahavegabhibhuta,) por el deseo de conseguir prostitutas (vesiya) o parejas muy jóvenes (thulakumarika). Ello hacía muy difícil su pertenencia a la comunidad de monjes. Aunque el significado de pandaka no parece incluir directamente a los travestidos y transexuales, así sucedió en un episodio de la vida de Buda con un monje. Por esta asociación, en la mayoría de comunidades budistas como por ejemplo en la Tailandesa, tradicionalmente se ha vetado el acceso al monacato a transexuales y travestidos, si bien recientemente en el caso tailandés algunos abades ya han dado su consentimiento a la ordenación de éstos como monjes al hacer énfasis en subrayar la descripción de un estado mental pero no del aspecto exterior de la persona. Sin embargo, dado que el budismo se ha extendido por países tradicionalmente homófobos, en algunos casos la cultura local ha influído en la manera de pensar de algunos practicantes que, sin demasiados argumentos doctrinarios, condenan la homosexualidad.

En cuanto al judaísmo se refiere, sus fieles suelen ser aún más radicales que los católicos en el sentido de que la manifestación física del acto homosexual está más que prohibida y, como única salvación, se ofrece la represión de esa conducta. Según el Rabino Eliezer Shemtov, hay que distinguir entre individuos homosexuales y actos homosexuales. El judaísmo acepta al individuo con tendencias homosexuales como miembro pleno del pueblo judío con derechos plenos. Esto no quiere decir que pueda hacer lo que se le antoje. La Torá prohibe expresamente dar expresión física a deseos homosexuales, tanto masculina como femenina. Lo considera una abominación. El hecho que uno nazca con determinada tendencia no lo transforma en una alternativa de vida válida.

En consecuencia, pareciera que son diferentes, pero hay en el fondo un denominador común: el rechazo hacia nosotr@s .


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Esto ha sido todo por hoy. Después de tanto tiempo ausente, desde las callecitas de la siempre misteriosa Buenos Aires, vuelve a despedirse Víktor Huije, un cronista de su realidad que (gracias a Dios) es ateo.

2 comentarios:

ReinaDeSalem dijo...

Te remito a una de las entradas recientes que escribí sobre la nueva situción de Polonia...

Así pienso.

Que se vaya a la mierda el mundo..., que yo me apeo.

Mil besos.

Violeta z dijo...

Vivimos en sociedades que se jactan de su secularización, y sin emargo, las glesias irrumpen desde los poderes fácticos. Creo que la primera reivindicación pasa por casa, por asumir que más allá de ser hetero o gay, somos personas integrales...

Besos desde Valparaíso...

Violeta

Novelas de Carlos Ruiz Zafón