viernes, 29 de mayo de 2009

La Ilusión de Mascherano


"Cosas vederes que non crederes" decía el Quijote. Y es una expresión que viene a mi mente en pocas oportunidades, por aquello de que une ha perdido en gran manera su capacidad de asombro. Sin embargo, a veces pasa que "el pasmo" (como lo llamaba mi bisabuela) se produce y también a veces pasa que es una grata sorpresa.

Hoy abrí mi cuenta de Yahoo para leer el correo y me encuentro con un titular llamativo: "Someten a estudios a adolescente con órganos de hombre y mujer". Tanto más sorprendente me resultó el hecho de que la noticia tuviera su origen en nuestra provincia de Santiago del Estero. No porque alimente el prejuicio de que en las regiones más conservadoras de nuestro país no existen personas LGBT, sino porque sí sospecho que allí cualquier noticia relacionada con nuestro colectivo no es del todo bienvenida. Sospecha a rever por mi parte por lo visto.

La noticia ha sido publicada por el diario "El Liberal" de Santiago del Estero y reproducida por "La Capital" de Rosario. Se trata de un adolescente que, habiendo nacido con órganos sexuales correspondientes a ambos sexos, fue registrado oficialmente como nena. Pero a medida que fue creciendo, su identidad masculina se impuso y su supuesta femineidad quedó reducida a un mero nombre en el DNI. Vive en una muy humilde casa en la zona rural de Suncho Corral, localidad ubicada a 120 km de la capital provincial y allí todes lo conocen con el apodo de "Mascherano".

Tal como sucede en la gran mayoría de estos casos, Mascherano (según declaraciones de su madre) "por vergüenza y por la burla de sus compañeros" dejó de concurrir a la escuela y optó por dedicarse "a los trabajos duros de la casa, hachando y vendiendo leña en un carro". Duro destino de las personas trans, que deben enfrentarse a un sistema educativo expulsivo y discriminador que les humilla y les niega su genuino derecho a la educación. No me cuesta imaginar a eses niñes haciéndole la vida imposible al diferente, a les padres inculcando prejuicios en las tiernas mentes de sus hijes y a les maestres haciendo la vista gorda ante los sufrimientos infringidos a quien no se adapta a la norma.

No obstante, se da en este caso una situación que (a juicio de quien suscribe) resulta novedosa y, como tal, merecedora de ser destacada. Mientras el sistema de salud de nuestro país también suele ser expulsivo y discriminador, en esta oportunidad Mascherano ha recibido una buena atención que le da esperanzas de poder asumir plenamente su identidad de género. Según fuentes de la Dirección General de la Niñez, Adolescencia y Familia de Santiago del Estero (DINAF), un grupo de médicos lo someterá a una serie de estudios y evaluará la posibilidad de someterlo a una cirugía que preserve su condición masculina.

El diario "El Liberal" también publica declaraciones de la Dra. Mónica Bravo Mayuli, titular del Juzgado de Familia de Segunda Nominación, quien adelantó que al final de todo un proceso médico-legal, el Registro Civil deberá rectificar el acta de nacimiento y otorgarle una identidad masculina al adolescente. La funcionaria se esmeró en dejar en claro: “Antes que nada, debe ser asistido por médicos y sicólogos para que ellos establezcan cuál sexualidad predominará”. Y ahondó la magistrada: “Médicos y psicólogos tienen que actuar y movilizarse en procura del bienestar del menor; también confeccionar informes socioambientales y otorgar contención a toda su familia. Lo más valioso, todos deben contribuir a preservar su identidad e intimidad”. Si todo marcha como debiera, el Registro Civil deberá rectificar el acta de nacimiento e insertar el flamante nombre de varón al menor (que el 30 de diciembre próximo cumplirá 16 años) y luegoconcederle un nuevo DNI con el nombre de César, según la elección del propio Mascherano, en honor a su padre ya fallecido.

Otro de los aspectos que me ha llamado la atención es el trato que se le ha dado al asunto. En todo momento, les redactores de la noticia se refieren al adolescente en género masculino, respetando su identidad de género. Eso está muy bien pero qué distinto al trato recibido por las chicas travestis (por dar un ejemplo), que no logran que se las mencione en femenino, salvo muy pocas excepciones. El tema da para mayores consideraciones pero sospecho aquí otra cuestión de género a investigar: para la cultura imperante parece ser menos "bochornoso" o menos "reprobable" asumir una identidad masculina que una femenina. ¿Habría recibido el mismo trato si Mascherano hubiera sido registrado con nombre de varón y pretendiera asumir una identidad de mujer?

Esto ha sido todo por hoy. Desde las callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que no tiene todas las respuestas pero sí un buen abanico de preguntas.


domingo, 24 de mayo de 2009

La culpa no es del chancho


Decía mi bisabuela (vieja sabia como pocas) que el problema de los años no es que pasen sino que se queden y que la primera señal de que la carga se va haciendo pesada no tiene nada que ver con la pérdida de la memoria. "Una se hace vieja cuando pierde el pasmo", sentenciaba Doña Carmen con modismo y contundencia campesina. Y cuando ella hablaba del "pasmo" (creo que vale aclararlo) se refería a lo que hoy en día llamaríamos capacidad de asombro. O sea que la vejez llegaría, según su visión, cuando une deja de sorprenderse, cuando ya lo ha visto todo.

Hete aquí que, bajo esta óptica, hasta hace pocos meses atrás, yo ya empezaba a sentirme viejo.

Que la opinión pública se rasgara las vestiduras en función de una "inédita" inseguridad reinante, sin recordar otros años oscuros cuando les que nos mataban eran casualmente quienes debían protegernos, no me sorprendía en lo más mínimo. Que la Argentina (otrora granero del mundo) fuera asolada por la miseria y el hambre (caldos de cultivo para dengues, cóleras, chagas y otros crímenes sociales de la más variada índole) no me llamaba la atención. La aparición de la gripe porcina barrió desde la tierra azteca con todos los males de la nación y durante algunas semanas ya nadie murió a manos de les drogades y malvivientes sin futuro, a les que solo resta fusilarles contra un paredón, como tan sabiamente postularan les nueves voceres de la idiosincracia vernácula, llámense Susana, Cacho o Marcelo. Que de golpe y porrazo todes pensaran solo en comprar barbijos y devolver los pasajes para México, o que el Chavo pasara a ser algo así como un terrorista sanitario y las costillitas de cerdo, un veneno peor que la cicuta... también me parecía lo más natural del mundo, dado el carácter fácilmente influenciable de mis compatriotes, que al mejor estilo Homero Simpson suelen creer a pie juntillas todo lo que se dice en la televisión.

En verdad me sentía más viejo que nunca. Los años se me habían venido encima todos juntos y no encontraba "pasmo" por ningún lado. Sin embargo, jamás hay que desesperar, porque los milagros existen.

Sucedió que, de cara a las próximas elecciones, el oficialismo anunció las CANDIDATURAS TESTIMONIALES. ¡Eso sí que es novedoso! Te cagan como siempre pero esta vez te lo avisan: "Vos votame que cuando yo gane no voy a asumir y en mi lugar va a estar une de les ñoquis desconocides de siempre". Hasta me sentí emocionado por tanta sinceridad. ¿Será muy descortés de nuestra parte no agradecerles el gesto? Les cuento: ante la evidencia de que, en elecciones anteriores, les polítiques se habían limpiado el trasero con mi voto, esta vez había pensado en poner un papel de lija en el sobre para que al menos les raspara. Pero ahora resulta que con esta inédita novedad me ha entrado la culpa de haberlo pensado siquiera. Más aún sabiendo que semejante anuncio me había hecho rejuvenecer unos diez años por lo menos.

Otra cosa sorprendente es la capacidad de De Narváez para aparecer en cualquier lado. Está bien que con plata se logra casi todo pero igual me parece sorprendente su nivel de exposición. Es casi como el dios cristiano, que según sus seguidores "está en todos lados". Y en todos lados con esa sonrisa plástica, sempiterna, tan europeamente lavada, aséptica, cínica, falsa (¿es necesario que continúe con los adjetivos?). Se lo ve hasta en la sopa y ya ocupa un pavoroso espacio en los subconcientes. A tal punto que, hace algunas noches, en un momento de intimidad entre mi marido y yo, él me preguntó "¿Me ayudás?" y la erección se me volatilizó en cuestión de segundos. ¡No hay derecho!

Después está Tinelli y la gran trascendencia que le dieron los medios a su "Gran Cuñado". Pero eso no me sorprende tanto. Por ahí un poco el espacio que le están dando los noticieros... puede ser... tal vez me hizo rejuvenecer un par de días, pero no es taaaaaaannnnn novedoso. En un país donde los informativos dedican bloques enteros a detallar cómo trabajan los empleados de Google como si no sucediera nada más importante en el país, donde la noticia del día es el cierre de la filial local de Armani o un videíto de Youtube en el que un gatito es amamantado por una chancha (que por supuesto no es mejicana), de qué modo me podría sorprender que la supuesta votación telefónica del programa de Marce fuera analizada al día siguiente como si de un escrutinio oficial se tratase.

Lo que sí me llenaría de asombro sería que los medios hicieran alguna vez un mea culpa, aunque más no fuera un remedo de disculpa por bastardear una profesión ennoblecida alguna vez por periodistas de la talla de Rodolfo Walsh, por nombrar solo uno entre miles. Me asombraría que alguien públicamente reclamara alguna idea a les polítiques que se postulan a legisladores con discursos grandilocuentes vacíos de contenido. Me asombraría que algún fiscal de la Nación procesara a Mariano Grondona por confesar impunemente al aire que en su casa se planeaba el golpe institucional que volteó al gobierno del inútil de De la Rúa. Me dejaría pasmado que las leyes que reclama nuestra comunidad LGBT alguna vez figuraran en las plataformas electorales de los... ¿qué estoy diciendo? ¡Si ya ni se gastan en preparar plataformas electorales!

Y dejo acá, che. Me acabo de dar cuenta que, con tanta reflexión inútil me puse viejo de nuevo.

Ha sido todo por hoy. Desde las callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que ya sabe que la culpa no la tiene el chancho sino quien le niega el paracetamol. Y en eso todes tenemos algo que ver.


Novelas de Carlos Ruiz Zafón