Los memoriosos tal vez recordarán un artículo publicado por mí en estas mismas páginas, titulado "La Naturaleza también se ríe". En él, relataba la historia de Nati Álvarez, una chica de Villa Dolores (pueblito de la provincia argentina de Córdoba) que nació como Marcos pero jamás aceptó su identidad masculina.
La cronología de la historia podría resumirse del siguiente modo:
Lo que parece no querer cambiar es la (por lo menos) desprolijidad con la que trabajan los periodistas del matutino más vendido de la Argentina. Desprolijidad que roza la homofobia en este caso.
Leo en la edición impresa:
Algunos se estarán preguntando "¿de qué se está quejando este Huije mal llevado?". Bueno, paso a explicar mi punto de vista:
Todo aquel que pretenda hablar sobre determinados temas (en este caso, temas relacionados con la sexualidad y conceptos de género) debería tomarse el trabajo de investigar mínimamente sobre la cuestión a tratar. De la historia de Nati se desprende que ella nació con un sexo biológico que no se condice con su género femenino.
El concepto de sexo biológico clasifica a las personas en dos grupos: machos y hembras. Ahora bien, tanto estos machos o estas hembras pueden construir a lo largo de sus vidas identidades de género acordes o no. Los géneros son dos: masculino y femenino. Nati fue desde siempre FEMENINA, a pesar de que sus genitales dijeran lo contrario. No veo por qué entonces la necesidad de colocar, a lo largo de la nota, su nombre entre comillas ("Nati") como si fuera no pertinente. Tampoco veo la necesidad de referirse a ella como "el adolescente" que fue "autorizado", etc, etc.
Quiero creer que la periodista Marta Platía, de Córdoba, con este uso esquizofrénico de los géneros gramaticales, está incurriendo solo en una desprolijidad y no en una manifestación por lo menos inconciente de su rechazo hacia la diversidad sexual. Hablar en masculino de una persona que lleva nombre femenino genera en el lector un ruido molesto, algo que no está bien, y en la sociedad en la que vivimos no han de faltar quienes lleguen a la conclusión de que "lo que está mal" es considerar a Nati como una mujer. Por más que muchos digan lo contrario, no considero que sean detalles menores los que planteo.
“Yo siempre digo que es como una botella de Coca Cola que adentro tiene Seven Up. Mi cuerpo es la botella y yo soy la Seven Up”. El paralelismo utilizado por la joven no puede ser más didáctico. Bastaría saber si para la periodista que escribió la nota es más importante el envase o el contenido.
La cronología de la historia podría resumirse del siguiente modo:
- 2001 - El todavía Marcos Álvarez protagoniza un intento de suicidio autoagrediéndose con un cuchillo.
- 2003 - A los 13 años, Marcos se planta ante sus padres y les comunica que, a pesar de su cuerpo de varón, se siente mujer. "Quiero que me llamen Natalia", les dijo. Angustiados y aterrados, los padres comenzaron el duelo por el varoncito que ya no era.
- 2004 - Los padres de "Nati" pidieron a los tribunales de Villa Dolores "una terapia hormonal y una cirugía de adecuación". El "escándalo" conmocionó a Villa Dolores, una ciudad de unos 30 mil habitantes. El juez Rodolfo Alvarez rechazó el pedido de los papás de la adolescente. Argumentó que "la potestad de los padres no era suficiente para una operación irreversible".
- 2006 - En julio, el Tribunal Superior de Justicia le ordenó al juez "escuchar a 'Nati'". En octubre de ese año el juez comienza a tratar el caso.
- 2007 - En abril, un Comité Consultivo y Bioético de la Justicia investiga y consulta a expertos en la enfermedad conocida como "disforia de género". En agosto, esos estudios afirman que debe ser operada y aconsejan su cambio de identidad en su DNI. La postura fue apoyada el 5 de septiembre por la asesora letrada de los tribunales locales, Raquel Romero Pérez, y el día 13 por fiscal local Emilio Andruet, considerando un «problema de salud grave» el que padece la joven. El 21 de setiembre, el juez Alvarez firmó el fallo que autoriza la operación.
Lo que parece no querer cambiar es la (por lo menos) desprolijidad con la que trabajan los periodistas del matutino más vendido de la Argentina. Desprolijidad que roza la homofobia en este caso.
Leo en la edición impresa:
"Siento que desde ahora todo cambiará para siempre", le dijo a Clarín el adolescente de 17 años, "Nati", que en un fallo inédito en el país fue autorizado a que se le practique "una cirugía de adecuación sexual" que lo convertirá definitivamente en mujer.
Algunos se estarán preguntando "¿de qué se está quejando este Huije mal llevado?". Bueno, paso a explicar mi punto de vista:
Todo aquel que pretenda hablar sobre determinados temas (en este caso, temas relacionados con la sexualidad y conceptos de género) debería tomarse el trabajo de investigar mínimamente sobre la cuestión a tratar. De la historia de Nati se desprende que ella nació con un sexo biológico que no se condice con su género femenino.
El concepto de sexo biológico clasifica a las personas en dos grupos: machos y hembras. Ahora bien, tanto estos machos o estas hembras pueden construir a lo largo de sus vidas identidades de género acordes o no. Los géneros son dos: masculino y femenino. Nati fue desde siempre FEMENINA, a pesar de que sus genitales dijeran lo contrario. No veo por qué entonces la necesidad de colocar, a lo largo de la nota, su nombre entre comillas ("Nati") como si fuera no pertinente. Tampoco veo la necesidad de referirse a ella como "el adolescente" que fue "autorizado", etc, etc.
Quiero creer que la periodista Marta Platía, de Córdoba, con este uso esquizofrénico de los géneros gramaticales, está incurriendo solo en una desprolijidad y no en una manifestación por lo menos inconciente de su rechazo hacia la diversidad sexual. Hablar en masculino de una persona que lleva nombre femenino genera en el lector un ruido molesto, algo que no está bien, y en la sociedad en la que vivimos no han de faltar quienes lleguen a la conclusión de que "lo que está mal" es considerar a Nati como una mujer. Por más que muchos digan lo contrario, no considero que sean detalles menores los que planteo.
“Yo siempre digo que es como una botella de Coca Cola que adentro tiene Seven Up. Mi cuerpo es la botella y yo soy la Seven Up”. El paralelismo utilizado por la joven no puede ser más didáctico. Bastaría saber si para la periodista que escribió la nota es más importante el envase o el contenido.
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Esto ha sido todo por hoy. Desde las callecitas de la siempre misteriosa Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que ya no milita pero mantiene los ideales intactos.
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3 comentarios:
Yo que he sido un pedófilo y un drogatas estoy a favor del pedofilia-no, maricones de mierda no- (no soy gay friendly), drogas legalizadas para que se suiciden tranquilos los de vicios que hacemos daño al mundo y paguen los narcos los impuestos que vayan al bolsillo de la gente decente.
LIBERACIÓN A LUCÍA ANGÉLICA FOLINO POR LA PRENSA.
PUBLICIDAD PARA LOS BUENOS, NO PARA LOS INFAMES DE SIEMPRE ENCABEZADOS POR EL MISERABLE ANÍBAL FERNÁNDEZ Y EL GOBIERNO DE LOS PATAGONES.
http://porelamordeunamina.blogspot.com
Allí declaro lo que la prensa no se atreve a declarar.
Desgraciadamente (¿?) nos quedaremos con la duda de saber qué es lo que opinás y lo que la prensa no se atreve a declarar ya que tu blog solo puede ser leído por elegidos. Extraña manera de ser valiente en las declaraciones.
De todos modos, a riesgo de resultar descortés, soy un "maricón de mierda" y no creo que me interese saber lo que tenés para decir. Lástima que utilices el nombre de un personaje como Sabina para publicitarte.
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