martes, 13 de diciembre de 2011

¿Ustedes son trezidavomartiofóbicos?




Jajajaja... Supongo que la mayoría de las personas que reciban esta pregunta se encontrarían en un serio aprieto. Yo hubiera sido una de ellas hasta hace tan solo un par de horas.

Aunque les parezca ridículo... perdón, corrijo... aunque SEA ridículo, ¡existe una palabra para designar a la fobia contra los MARTES 13! Esta es "trezidavomartiofobia". Y no es la única en su tipo: también tenemos "tocaidecamestafobia" para los que le tienen inquina al VIERNES 13 ó "triscaidecafobia" para los que tiemblan en presencia del mero numerito equivalente a 10 más 3. Se nota que también en el ámbito de la lengua hay gente que no tiene mucho qué hacer.

La información llegó a mi conocimiento a raíz de una repentina (e idiota) curiosidad por saber de dónde ha salido la superstición contra el martes 13, día que ha comenzado hace poco menos de cuatro horas (está claro que yo también puedo estar muy al gas para ponerme a escribir estar idioteces a estas horas de la madrugada).

Las viejas de la familia solían repetir aquello de "En martes 13 no te cases ni te embarques" y ahora vengo a caer en la cuenta de que era una versión libre de la verdadera (un poco más rimada): "En 13 y martes / no te cases ni te embarques". Es que las viejas de antes no eran dadas a la pureza poética.

Según Wikipedia, el número trece fue considerado como de mal augurio ya desde la antigüedad. En la Última Cena, había doce apóstoles y Jesús y, como la gente es ladina y siempre trata de acomodar las cosas a su conveniencia, se considera a Judas (el malo de la historia y no otro) como el número 13. Por otro lado, la Cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas. En el Apocalipsis, su capítulo 13 corresponde al Anticristo y a la Bestia. También una leyenda escandinava cuenta que, en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal, era el 13° invitado. Y como si todo esto no fuera prueba suficiente: en el Tarot, este número hace referencia a la muerte. Con semejantes indicios, ¿quién que esté en sus cabales podría no transformarse en un triscaidecafóbico de fuste?

Claro que si se trata de justificar el pánico hacia la combinación del numerejo con el día martes, la cosa se pone un poco más peliaguda.

Parece ser que la fobia por los días martes surgió por culpa de los turcos, que no tuvieron mejor idea que conquistar Constantinopla un día MARTES 29 de mayo de 1453. ¡Vamos!, que la culpa también podría ser de los bizantinos, por dejarse conquistar también en la misma fecha, ¡qué joder!. Encima, el martes es el día dedicado a Marte, el dios romano de la guerra, la destrucción, la sangre y la violencia. Ahí sí tenemos un punto más o menos importante. Pero la cosa vuelve a hacer agua cuando le hacemos caso a la leyenda que dice que un martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel. Con tanto bolonqui lingüístico, bien podrían haberse confundido de día ¿no?

Obvio que la persona que escribió el artículo de Wikipedia no se privó de nada y agregó una nutrida sección de "curiosidades" (con la prudente aclaración que reza: "Las secciones de curiosidades deben ser evitadas", a partir de lo cual podemos concordar en que ¡todo esto es un terrible y gran disparate!):

  • Los antiguos egipcios consideraban que la 13ª fase del ciclo de la vida era la muerte; esto es, la vida después de la muerte, que pensaban que era una vida ideal y mejor.
  • La carta de la Muerte en una baraja de tarot es la número 13, aunque en este caso representa la transformación, el cambio.
  • Algunos edificios omiten el piso 13, saltando del piso 12 al 14 para evitar la angustia de los triscaidecafóbicos, o utilizando en su lugar 12A y 12B. Esto también se aplica en ocasiones a los números de las casas o habitaciones (como, por ejemplo, en los hospitales).
  • Lo anterior también es válido para las filas de asientos en los aviones. Los aviones de la compañía aérea española Iberia, los de la italiana Alitalia y la panameña Copa Airlines no tienen en su numeración dicho número: la fila que sigue a la 12 es la 14.
  • Algunas ciudades se "saltan" la 13ª Avda. No es el caso de Sacramento, California, que tiene una intersección donde se cruzan la 13th Street y la 13th Avenue.
  • El compositor Arnold Schoenberg padecía triscaidecafobia. Irónicamente, nació y murió el día 13 del mes, a la edad de 76 años (7 + 6 = 13).
  • El álbum musical Room for Squares, del compositor y cantante norteamericano John Mayer, consta de 14 pistas, aunque la 13ª es de 2 segundos de silencio (el mínimo de duración de acuerdo a los estándares) y no aparece en la carátula del álbum.
  • El álbum Alivio de luto, de Joaquín Sabina, tampoco presenta este número: después de la pista número doce viene la pista "+uno".
  • Todos lo discos de la banda uruguaya No te va gustar carecen de una pista número 13, pasando directamente de la 12 a la 14.
  • El avión caza alemán desarrollado tras el He 112 fue designado He 100 para evitar la designación He 113, la cual se consideraba desafortunada, puesto que Adolf Hitler era triscaidecafóbico.
  • En los Estados Unidos, nunca ha existido un caza denominado F-13, dado que muchos pilotos son supersticiosos.
  • La compañía Renault ha contado, a lo largo de su historia, con una serie de modelos numerados. Desde el Renault 3 al Renault 25, existen modelos con todos los números, excepto con el 13.
  • Ángel Nieto fue campeón del mundo de motociclismo en 13 ocasiones, pero él siempre hace referencia a que lo fue en 12+1 ocasiones.
  • En la mayoría de las competiciones de automovilismo y motociclismo no se asigna el número 13 a ningún participante.
  • El programa de diseño gráfico CorelDRAW cambió la numeración al llegar a la versión trece, denominándola CorelDRAW X3 (donde la X representa el 10 en números romanos). De manera similar, el paquete Microsoft Office pasó de la versión 12 (Office 2007) a la 14 (Office 2010); según declaró Jensen Harris, Lead Program Manager para el Microsoft's Office User Experience Team, el 13 fue omitido debido a la aversión por dicho número.
  • WinZip no sacó una versión número 13 de su programa, pasando directamente de la 12 a la 14.
  • En la actualidad el sistema de Metro de Madrid tiene 12 líneas, y la próxima en ser puesta en servicio será la línea 14, evitando el número 13.


O sea que, ya saben, si se están comiendo el decimosegundo huevo frito, ¡DETÉNGANSE! El próximo les podría provocar un fatídico ataque de hígado.


Esto es todo por hoy. Desde las cálidas y siempre misteriosas callecitas de la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que, después de haber leído esta sesuda investigación, se alegra de vivir tan solo en un tercer piso, de que en Buenos Aires haya solo seis líneas de subte, que sus calles no sean numeradas y todas esas bobadas que parecen ser tan importantes, je.


jueves, 8 de diciembre de 2011

Diego Rivera - 125 años



Uno de los pintores más grosos de la historia de la humanidad. Vale la pena entrar en Wikipedia para saber un poco más sobre Diego Rivera, su obra y su pensamiento.

Hoy se cumplen 125 años de su nacimiento y bien se merece el recuerdo.




miércoles, 7 de diciembre de 2011

La Biblia y el Calefón - La historia jamás contada


El texto que sigue no me pertenece e ignoro quién pudo haberlo escrito. Pero nos plantea una situación bastante peculiar, sobre todo para los amantes del tango como yo. No sé qué grado de verdad tenga esta crónica pero ciertamente no me parece descabellada y, de ser cierta, añade aun más brillo a la genialidad de Enrique Santos Discépolo. 




Se habla de ello y la mayoría no sabe de qué se trata:

He aquí la historia de un hecho de la vida cotidiana, que acontecía en la ciudad de Buenos Aires –no sé si en otros lugares pasaba o no–, y que explica el porqué de la aparentemente surrealista asociación de la Biblia junto al calefón que aparece en el tango "Cambalache", cuyas letra y música fueron compuestas por Enrique Santos Discépolo en 1935.

La historia tiene relación con los baños, la higiene personal y la forma de realizarla; y como no se me escapa que algunos lectores pueden ser jóvenes y pueden no haber conocido otro tipo de baños que los que se estila usar en la actualidad al menos en el mundo occidental y cristiano, voy a recordar primero un par de datos que considero necesario sean tenidos en cuenta.

Los baños que conocemos y que en algunos lugares son llamados 'completos', es decir, los que constan como mínimo de retrete inodoro, lavabo y ducha (algunos exquisitos, como el irresponsable que escribe, exigen que además tenga bidet –artefacto desconocido en muchos sitios–) son relativamente nuevos.

Hasta finales del siglo XIX se utilizaban bacinillas (también llamadas ‘tazas de noche’), cuyos contenidos eran arrojados por las ventanas al grito de "agua va"; y antes aún, letrinas, que solían estar en los fondos de las casas. En Buenos Aires coexistieron bacinillas y letrinas hasta principios del siglo XX, época en que las familias ‘acomodadas’ comenzaron a instalar baños.

Luego el uso de baños se generalizó y se empezó a construirlos en todas las viviendas, aun en las más modestas. El sencillo 'miniambiente' constaba al menos de retrete y lavabo y si los lujuriosos dueños de casa gustaban de practicar la morisca costumbre de lavarse todo el cuerpo más o menos seguido, y si además tenían medios económicos suficientes como para costearse ese capricho, los baños también tenían una ducha. Claro, si había una ducha era necesario calentar el agua, así que al lado de la ducha se instalaba un calefón.

Sin embargo, el papel higiénico tardó en obtener su carta de ciudadanía para poder trabajar en limpio en estas sucias tierras y aun cuando apareció era bastante caro y no estaba al alcance de todas las familias, las cuales se veían obligadas a utilizar para esos fines sanitarios el vulgar papel de diario o, en su defecto, cualquier otro. Por supuesto, eran muy estimados los papeles más sedosos, así que los sufridos usuarios trataban de conseguir en las verdulerías y fruterías los papeles con los que venían envueltas las manzanas y otros productos de campo. Otro muy apreciado era el llamado ‘papel biblia’, especialmente delgado y suave.

Ahora bien, ya por entonces existía la Sociedad Bíblica, una de cuyas misiones parece ser la de difundir la Biblia protestante, para lo cual regalaba ejemplares del sagrado libro –en la actualidad, lo sigue haciendo–.

Pues, muchos de los habitantes de Buenos Aires deben de haber parecido devotos creyentes, ya que aceptaban de continuo esas gentilezas, y que siendo mayoría la grey católica, lo mismo pasaban y retiraban la biblia protestante tantas veces como sabían que la Sociedad las tenía en obsequio en las calles, plazas o en su sede central .

Sin embargo, cuentan los hombres dignos de fe (aunque Alá sabe más) que quienes obtenían esas Biblias les perforaban una tapa y las colgaban de un gancho de alambre, al lado del calefón, cerca del retrete, e iban arrancando las suaves hojas para usarlas como papel higiénico.

En este hecho se habría inspirado Enrique Santos Discépolo para decir con elegancia propia de un grande:

Igual que en la vidriera irrespetuosa 
de los cambalaches se ha mezclao la vida, 
Y HERIDA POR UN SABLE SIN REMACHE 
VES LLORAR LA BIBLIA JUNTO AL CALEFÓN.



Esto es todo por hoy. Desde las cálidas callecitas de la siempre mágica y misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que se sentiría muy feliz si alguna de las personas que pasan por este blog tiene algún conocimiento que pueda echar luz sobre este asunto tan pintoresco.




 

Novelas de Carlos Ruiz Zafón