sábado, 16 de julio de 2011

La sopa es agua con color


Si alguien pudiera inmiscuirse discretamente en los recovecos de mi mente, sabría con certeza que hace rato que me estoy resistiendo a escribir este texto. Me cansa el tema. Me aburre. Me distrae. Pero día a día me lo encuentro en los diarios, en las conversaciones callejeras, en el subte y (como no podría ser de otra manera) en el muro de mi Facebook. Y como estoy harto del asunto, voy a intentar explicar lo que pienso al respecto de una vez por todas, a ver si podemos pasar a algo más edificante.

Lo primero que voy a decir (y no seré para nada original puesto que ya otras personas más relevantes que yo lo han dicho antes) es que no concuerdo con todo lo escrito por Fito Páez, pero igual lo banco.

Lo segundo es que la andanada de respuestas y vituperaciones mediáticas que ha recibido me resulta desproporcionada y, sobre todo, “sospechosa” (las comillas son una ironía porque de pocas cosas en la vida he tenido tanta certeza como de la campaña organizada para utilizar el exabrupto de Fito con un objetico político bien concreto). Quién sabe... ¿Y si las cosas no fueran exactamente como las cuenta Clarín?

A ver, en otras circunstancias se han dicho cosas infinitamente más repudiables sin que ameritaran primeras planas de los grandes medios, ni editoriales, ni flashes informativos, ni mesas redondas, ni la indignación ni la repulsa popular. Dichos que, sin lugar a dudas, atentan contra el pensamiento democrático y (creo yo) deberían ofender a la sociedad toda. Cito apenas unos pocos ejemplos:

- “El kirchnerismo es un cáncer que hay que extirpar” (M.G.)
- “Yo duermo mucho más tranquila desde que Kirchner murió” (E.C.)
- “La gente dice que el cajón estaba vacío” (M.L.)
- “El funeral fue un gran espectáculo montado por Fuerza Bruta” (E.C. otra vez)
- “Cada vez que pienso en la Argentina me dan ganas de llorar” (M.V.Ll.)
- “A los Kirchner hay que tirarlos por la ventana porque ya no los aguantamos más” (M.M.)

Y podría seguir.¿Cuál es la diferencia entre los dichos de Fito y los anteriormente citados? A mi juicio, dos. La primera diferencia es que el músico alude en su texto a la mitad de la población porteña (la mitad del Pueblo, como suele decirse, a veces casi de manera litúrgica) y los otros apuntan exclusivamente hacia la frente de las autoridades del Gobierno Nacional. Esto puede inclinar la balanza a favor de estos últimos. La segunda diferencia es el sitio que cada uno ocupa en nuestra sociedad: mientras Fito es un artista popular y (en consecuencia) un simple ciudadano que no tiene por qué estar comprometido con lo políticamente correcto, los otros son reconocidos comunicadores y políticos que sí tienen (en función de tales) un compromiso con la ecuanimidad. En este sentido, lo dicho por el artista no debería ser más importante que lo dicho por cualquier hijo de vecino.

Yo creo que, en todo caso, Fito se equivoca bastante. La mitad del electorado porteño no es macrista. En ese 47% del domingo pasado hay de todo. Se me ocurre que lo votaron los soretes que son como él (no es preciso aclarar que yo también puedo ser crudamente sincero) pero también lo votaron gentes que (aun siendo buenas personas) o no están lo suficientemente informadas (porque la únicas noticias que consumen son las que les llegan desde los medios comunicacionales opuestos a la gestión del Gobierno Nacional), o se resisten sistemáticamente a los cambios (no les va tan mal y, por si acaso el ingeniero tuviera algo que ver en ello, no quieren que cambie nada), o directamente les importa un pedo lo que pase porque ellos “no se meten en política”. Seguramente habrá otras razones más por las cuales los electores pudieron haber puesto el voto por MauriSSio, pero a mí no me dan la cabeza ni las ganas para descubrirlas (tengo mis limitaciones ¿vio?). El caso es que Fito se equivoca cuando mete a todos en el mismo saco. Las sociedades en general, y la porteña en particular, son mucho más complejas de lo que el texto de Fito pudo expresar. Sin embargo, no hay que perder de vista que lo que dice Fito sí se adecua a determinada parte de la sociedad. Al decir de Antonio Machado: en todos lados hay “pedantones al paño que saben por qué no beben el vino de las tabernas”. Esa “mala gente que camina y va apestando la tierra”. Claro que (insisto) esa gente está por todos lados e incluso la podremos encontrar entre los que votaron a Filmus o incluso entre los votantes de Solanas, pero el mismo prejuicio al que uno no puede sustraerse me dice que “esa gente” es bastante astuta y sabe dónde está lo que le conviene. Me atrevo a asegurar que esa gente votó a Mr. Mac porque, entre los defensores de su ideología mezquina, inescrupulosa, artera y despreciable, el ingeniero es el que más probabilidades de éxito tiene en el campo electoral. De otra manera, hubieran votado a Carrió, a López Murphy o hasta al mismísimo Biondini, si hubiera sido necesario. Esa gente no se sintió ofendida por los dichos de Fito. No les interesa en lo más mínimo lo que pueda decir un artista popular cuyas ideas políticas también les dan asco aunque no lo digan. Pero Fito lo dijo y les dio el pie perfecto para que ellos pudieran hacer su jugada. “A falta de pan, buenas son las tortas” dice el dicho. La derecha vernácula necesitaba una barbaridad semejante pero mejor hubiera sido alguien más allegado a las altas esferas del kirchnerismo. Ya tenían la artillería preparada para atacar, seguros de que algún militante importante se iba a ir de boca. Se deben haber sentido desilusionados al ver que nada de lo que decían los más importantes miembros del Gobierno Nacional daba como para echárseles encima como perros de presa. Por suerte (para ellos) apareció Fito y pudieron finalmente echar mano a toda esa dialéctica y esas editoriales prolijamente diseñadas, poniendo las palabras del rosarino en la boca del oficialismo, como si el rosarino fuera un funcionario más. Y la demás gente, la que por tradición no se subleva más que cuando le dicen (veladamente, claro) que debe hacerlo, se unió a la campaña, inocentemente convencida de que Fito era, de buenas a primeras, un enviado más del demonio que busca terminar con lo poco de argentinidad que nos va quedando. Esas mismas personas, que se sintieron tan ofendidas porque Fito dijo que le daban asco (en realidad esta es la palabra en la que se centró la campaña) disimulan como pueden su voto macrista y por eso el dardo del músico les llega tan al pecho. ¿Cómo podrían, si no, sentirse tan ofendidos por un calificativo desafortunado pero dirigido a otras personas? Tal vez sea también un poco de transferencia. Cuando ellos se desahogan con insultos y/o desvalorizaciones contra CFK, es posible que también estén pensando en quienes apoyamos en mayor o menor medida su gobierno. De hecho, yo he leído y escuchado hasta el hartazgo aquello de que “todos los K son una manga de corruptos” y por cierto que me ofende. Pero nunca nadie orquestó campaña alguna para limpiar nuestro buen nombre. Nadie se interesa por poner límites a los que, con vituperios, son tan dados a confundir, como mínimo, la parte por el todo. Y eso que nosotros también somos ciudadanos. Ah, ¡claro!, pero nosotros votamos al oficialismo.

Lo malo es que, entretanto, nadie habla de lo que realmente importa.

¿Se dieron cuenta de que, entre las elecciones del domingo pasado y las del 31 de julio hay escasas tres semanas de diferencia? Bueno, ya nos hemos pasado una de las tres distraídos con lo que dijo Fito y sin hablar de eso que (al parecer) tantos detestan en esta ciudad: la política. Nadie les recuerda a los votantes que el gobierno de Mr. Mac (que también es gobierno y no solo Cristina) ha dejado a la deriva la educación, la salud y la cultura públicas; que ha sido corrupto como el que más; que el jefe de gobierno está procesado por la Justicia; que a pesar de su repentina mueca progresista, sus acciones demuestran desprecio por los pobres, por los extranjeros, por los enfermos, por los homosexuales, por el pensamiento democrático, por las libertades individuales... ufffff... la lista es tan larga... Nadie dice lo que hay que decir y a los que lo votan aun sin compartir su ideología no se les cae la cara de vergüenza.

Se supone que Mr. Mac ya da por segura su reelección y, desde esa perspectiva, ¿por qué habría de interesarle que se empiece a debatir? A ver si alguno de los que ya lo votaron se da cuenta de que su campaña estuvo centrada en la vacuidad más absoluta. Desafío a los que lo votaron a que me digan una sola propuesta de gobierno expresada por el PRO para este nuevo período. Lo único que han repetido a modo de letanía es un slogan bastante barato (pero al parecer efectivo): “Votá por la ciudad que juntos venimos bien”. ¿Qué clase de campaña es esa? De donde venimos creo que ya lo sabemos. El asunto a dilucidar es para dónde vamos. Pero dudo que haya alguno que acepte mi desafío. Básicamente porque no soy quien para desafiar a nadie. Pero no solo por eso. Los que lo votaron por ideología no me van a dar pelota porque les importa tres pepinos lo que yo o la gente que piensa como yo podamos decir. Y los demás no van a poder dar un solo argumento a favor de su voto. A no ser un odio visceral y poco razonado contra el gobierno de Cristina. En ambos casos, el voto es de odio y de crispación, ¡oh, casualidad! De todos modos, intuyo algo de intranquilidad entre los medios dominantes. ¿Por qué habrían, si no, de insistir tanto con que Filmus se baje del ballotage? ¡Si hasta el propio Solanas salió públicamente a hacer los deberes impuestos desde el Grupo Clarín! Igual que Mariano Grondona, Morales Solá y toda esa caterva de ¿comunicadores? Yo no sé... los números son claros peeeeero... Por algo no habrán salido a festejar tanto la primera victoria... Digo...

Volviendo a Fito, insisto con que sus palabras fueron inadecuadas, además de inoportunas. Sería un necio si así no lo creyera. Pero un error no es suficiente para echar por tierra la trayectoria artística y de compromiso social legítimo que Fito ostenta. Una amiga de la secundaria se extrañaba al ver que yo podía estar bancándolo. Yo, que siempre estoy hablando y escribiendo en contra de la discriminación, dijo. Lo que esta amiga no toma en cuenta es que, tanto Páez como un servidor, somos simples seres humanos a los que a veces se nos suelta la cadena. Sin ir más lejos, quien pasó por el muro de mi Facebook el lunes por la mañana habrá encontrado la siguiente leyenda: “La mitad de la población porteña padece Síndrome de Estocolmo”, emulando al candidato presidencial del PS, Hermes Binner, cuando su partido perdió las elecciones legislativas hace dos años en Santa Fe. Más conciso, pero básicamente lo mismo que dijo Fito. ¿Eso me convierte en un discriminador? Yo creo que no. Mis acciones me definen mejor que algunas de mis palabras. Simplemente soy un tipo que no siempre mide lo que dice o lo que escribe y a veces se deja dominar por lo que siente. Ese es también, en esencia, Fito Páez. De otro modo, nunca hubiera podido crear la maravillosa música que ha creado (en cuanto a sus dotes vocales, tengo mis reservas, je). ¿O qué onda: lo quiero cuando compone pero cuando dice lo que piensa lo mando a fusilar? Al que le guste el durazno que se banque la pelusa. Y no es que me quiera comparar. Yo no he creado nada trascendente más que mis dos hijos (y aun para eso necesité ayuda) ni tampoco lo que yo diga tiene llegada al público masivo. Lo que pretendo decir es que, al igual que él, cualquiera de nosotros puede meter la pata. La diferencia es que, en este caso, Fito enterró la gamba en la podredumbre en el momento y la circunstancia que el Grupo Clarín necesitaba. Actuó como un idiota útil, dándole al Grupo la excusa para fogonear a la gente distraída, la que no se da cuenta de la manipulación. En ese sentido son muy astutos. Estoy seguro de que, si no existieran intereses destinados a bancar la reelección macrista, los medios no le hubieran dado bola al artículo del Página, ninguno de los indignados se hubiera sentido como tal y esta semana las discusiones callejeras hubieran tenido otro tenor. Claro que estos vecinos sencillos que se alzaron contra Fito Páez nunca lo van a admitir (de hecho, eso ya ha sucedido) proclamando que a ellos no les importa lo que diga el gran diario argentino. Lo curioso es que no les importa, pero casi siempre terminan compartiendo su línea editorial. ¿Será que son unos hdp, como propone Fito? Yo creo que no. Simplemente son gente influenciable, independientemente de la mayor o menor inteligencia que pudieren detentar. Nosotros, la gente común, no fijamos agenda. Ellos sí. Y nos dicen lo que quieren que pensemos y opinemos. Está en nosotros seguirles la corriente o no. Pero para eso, habrá que hacer un pequeño gran esfuerzo por vencer nuestros propios prejuicios. Si nos diéramos permiso para poner en duda lo que se supone que pensamos, tal vez podríamos llevarnos una sorpresa al descubrir que el mundo no es tal como lo vemos o nos lo muestran. Si en vez de limitarnos a escuchar lo que nos dice Santo Biasati o la Santillán y a despotricar contra la política (lo que ya es una manera de hacer política), nos tomáramos el trabajo de escuchar otra voces, por ahí, tal vez, quizá, nos daríamos cuenta de que estamos meando fuera del tarro. O no, pero nos quedaríamos con la certeza de que lo que pienso es lo que yo pienso y no lo que me dicen que debo pensar. Y quién dice que no saldríamos a despotricar contra muchos otros, además de Fito.

Salvando las distancias, a mí me sucedió hace años con la sopa. Tanto insistir, tanto insistir, mi vieja me había convencido de que la sopa era el mejor alimento y yo la tomaba estoicamente, muy a desgano, a pesar de que me daba verdadero asco (¡Ups! Otra vez la palabrita). Era la tradición y lo que siempre había sido, generación tras generación. Hasta que un día puse en duda el mandato materno y quedó al descubierto el engaño. Investigué e investigué hasta descubrir que había muchos otros alimentos más nutritivos y, sobre todo, más ricos que podían reemplazarla perfectamente, sin poner en riesgo mi desarrollo. Que la sopa era, después de todo, solo agua con color en la que la mayoría de los nutrientes se desintegraban durante la cocción. Así pues, con las pruebas a la vista, mi vieja (que no era ninguna lela) decidió eliminar la sopa obligatoria a favor de la armonía familiar. Claro que yo ya tenía pelitos en las patas para entonces. Pero mi pueril ejercicio de la rebeldía favoreció (ya que no la mía) la infancia de mi hermanita menor. Porque ahí está lo bueno de la honestidad, el inconformismo y el compromiso: que tal vez no rinda necesariamente frutos que nos beneficien, pero seguro que les allanará el camino a los que vengan detrás.

Por supuesto que eso no es PRO.

Esto ha sido todo por hoy. Desde las húmedas callecitas de la tal vez no tan misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que banca a Fito porque, al menos, no se quedó en la fácil de callarse en beneficio de la venta de discos. Cosa que no hubieran hecho los grandes comunicadores que se le echaron encima como jauría (Longobardi, Feinman el malo, Rozitchner, Lucho Avilés, Ventura y un largo etcétera). Por supuesto que ellos también tienen derecho a expresarse pero, a juicio de quien suscribe y en virtud de sus respectivas biografías, son unos impresentables.

viernes, 15 de julio de 2011

El dulzor de la obviedad



No hace falta aclarar que soy hombre de moco fácil. Pero a veces, aunque cueste imaginarlo, la mariconada me aflora con mayor fluidez que de costumbre. Una de esas veces fue justamente la tarde de ayer. Lugar: el “Salón de las Provincias” del Honorable Senado de la Nación.

Quienes vamos por la vida muy orondos y plenamente orgullosos de peinar canas sabemos que no abundan los momentos memorables, de esos que uno atesora en su memoria para sacarlos (a modo de comodín) cuando la pena arrecia. Hasta ayer, yo pensaba que (en lo que al matrimonio igualitario concierne) el gran hecho que recordaría de por vida sería el de aquella madrugada del 15 de julio de 2010 cuando, abrazado a este tipo maravilloso que carga sobre sus hombros la cruz de soportarme, veíamos por televisión el panel electrónico que daba cuenta del triunfo de la justicia y de la igualdad. Habíamos estado toda la tarde frente al Congreso Nacional, esperando ese desenlace pero, por puto que uno fuera y por contento que estuviera, al día siguiente había que laburar. Volvimos a casa al divino botón, claro está, porque nadie podía descansar con semejante expectativa. Obvio que lloré como hacía mucho que no lloraba. Pero esa vez eran lágrimas dulces. Y les mandé mensajitos de texto a todos mis amigos, sin que me importara que me putearan por la hora. Hacía frío pero de pronto apareció una satisfacción desconocida hasta entonces que me (nos) abrigaba desde dentro.Eso fue hace un año. Pero ahora he de sumar una nueva razón para emocionarme en el recuerdo. La de ayer fue una tarde mágica que no le irá en saga a la otra, la primera.


La invitación provino de la mismísima Diputada Nacional Vilma Ibarra, autora junto a la Diputada (mandato cumplido) Silvia Augsburger del proyecto de ley que finalmente se aprobaría en el recinto del Senado, para gloria y honor de la sociedad argentina toda. Parecía cosa sencilla: una conmemoración llevada adelante por ocho oradores y una entrega de diplomas a la postre, a modo de reconocimiento por la labor aportada a la causa, aplausos y todos a casita. Pero claro, “lo sencillo no es lo necio”, Nano dixit.

La primera sorpresa que me esperaba en el salón fue la presencia de mi querido y admirado tocayo, Víctor Hugo Morales, tal vez el periodista más respetable por esta parte del orbe, mal que les pese a algunos. Al verlo entrar al recinto supe que aquella reunión no sería una más. La otra sorpresa fue la presencia de la gobernadora Fabiana Ríos, justamente (por justicia y por justeza) reelecta en nuestra provincia más austral. El resto del panel estaba formado por las dos autoras y promotoras de la ley, por el querido Esteban Paulón, presidente de la FALGBT, César Cigliutti, Martín Canevaro, Sebastián Sabini y Jean Wyllys, estos dos últimos, legisladores del Uruguay y del Brasil respectivamente.El acto comenzó con unas emotivísimas palabras a cargo de Víctor Hugo y con un aun más emotivo video que recopilaba las escenas e imágenes más representativas de aquella jornada histórica. El morocho que estaba sentado a mi lado parecía no querer ser indiscreto pero no podía dejar de mirarme. Estoy seguro de que habrá sido un espectáculo patético el ver cómo mis mocos disputaban a mis lágrimas el camino hacia la alfombra. Después fue el turno de las diputadas, que abundaron en agradecimientos a todas las personas que trabajaron en beneficio de la ley. También me hicieron llorar. Cigliutti (más allá de un error histórico muy grosero como es el de afirmar que el General Perón regresó a la Argentina en el 67) reivindicó la osadía de aquellos putos históricos del FLH que plantaron bandera e hicieron punta en esto de la defensa de los derechos LGBT cuando salir del armario era prácticamente un suicidio. Canevaro (que se extendió tal vez un poquito demasiado) hizo más agradecimientos y abogó por la sanción de la Ley de Identidad. El congresista brasileño realmente no sé qué dijo porque él no habla ni jota de castellano y yo no entiendo ni jota de portugués, así que (¡Ayúdame Bruno Bimbi!) me quedé en Babia. Pero la naturaleza es sabia y (ley de las compensaciones mediante) al diputado uruguayo le entendí todo. Con un oportuno pie que le diera Víctor Hugo, planteó la cosa como un virtual empate 1 a 1 (ellos tienen Ley de Identidad y nosotros Matrimonio Igualitario) y abogó para que el partido termine, por lo menos, 2 a 2.

A continuación fue el turno de Esteban, al que se notaba con ganas de ser medido y sobrio. “Sé que no es sencillo, pero voy a tratar de no excederme de los cinco minutos pautados” dijo. Nadie le creyó y tampoco pudo cumplir. Es que había tanto por agradecer, tanta gente a quien mencionar, tantas organizaciones y tanto laburo por resaltar que era imposible resumirlo en pocos minutos. El trabajo de la FALGBT fue una columna central en la construcción del Matrimonio Igualitario y era imprescindible poner en relieve el carácter colectivo de dicha construcción. Mientras otros hablaron simplemente de “otras organizaciones”, Paulón las puso en primer plano y destacó la proeza de la lucha desigual entre las orgas de la FALGBT y las huestes de Negre de Alonso y sus secuaces. ¡Bravo por Esteban!


Y a los postres de los discursos llegó Fabiana Ríos. Huelga decir que su participación en esta historia fue fundamental. Pero ella, al frente de su humildad, prefirió bajarse del podio y mostrarse como lo que es: una mina de pueblo (perdonen por mi falta de ecuanimidad pero muchas veces me dan ganas de mudarme al fin del mundo tan solo para tener el placer de sentirme representado por las autoridades locales). En apenas cuatro minutos, sus palabras fueron un resumen de lo que tantas y tantos hubiéramos querido decir. Aquí se los dejo:


Ceremonia sencilla dije. Ceremonia en la que se dijeron, quizás, cosas más que obvias: que la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario había sido un avance hacia una sociedad más justa, que a partir del 15 de julio de 2010 el Estado abrió las puertas de la dignidad para todas y todos, que este logro no es un mero triunfo local sino también una inspiración para todos los países de la región que también trabajan por una legislación que reconozca los derechos de las personas LGBT, que de aquí en más nos enfrentamos a otros retos como la aprobación de la Ley de Identidad de Género (de la cual Ibarra dio la primicia de que empieza a tratarse en el Congreso a partir del próximo 14 de agosto), el debate por la Ley de Aborto, el perfeccionamiento de la Ley Antidiscriminatoria... Nada que los que allí estábamos no supiéramos. Nada que los que allí estábamos no hubiéramos dicho o escrito hasta el hartazgo durante los últimos años.

Obviedades, sí, pero... ¡puta madre!... ¡Qué rico se sentía escucharlas una vez más!

Rico porque ahora ya no son una utopía. Rico porque ahora ya quedó demostrado que la igualdad, la dignidad y el respeto son anhelos posibles.

IGUALDAD – DIGNIDAD – RESPETO tres vocablos que son mucho más que palabras. Son los cimientos sobre los que se sustenta todo lo que somos y lo que siempre fuimos: seres humanos divinamente diferentes y esencialmente iguales al resto de los mortales.

Y obviamente, seres humanos orgullosos de asumir nuestra divinidad y nuestra esencia.

Esto ha sido todo por hoy. Desde las frescas callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que ayer (a pesar de haber extrañado la notable ausencia de María Rachid, protagonista -si las hubo- de esta maravillosa trama) se sintió feliz. Eso nada más. Y nada menos.


viernes, 8 de julio de 2011

Juicio por Natalia

El 26 de julio comienza juicio por Natalia Gaitán.

Necesitamos tu colaboración.



El 7 de marzo de 2010 Natalia "Pepa" Gaitán fue fusilada por el padrastro de su novia en Barrio Liceo 2da Sección, Córdoba. Su familia, con el acompañamiento y apoyo de Devenir Diverse y la Federación Argentina LGBT, enfrentará el próximo 26 de julio el comienzo del juicio al asesino Daniel Torres.

Se trata del primer juicio en la historia de Argentina en que se visibiliza la lesbofobia como causa del homicidio.

La de Pepa es una familia humilde muy querida en el barrio por su solidaridad. Tienen una asociación civil desde la cual brindan talleres educativos y de formación laboral, copa de leche, entre otros acciones sociales. Pepa era parte fundamental de la asociación, los vecinos y vecinas la recuerdan por su entrega y humildad.

Hoy la familia Vázquez-Gaitán necesita de nuestra colaboración para poder sostener económicamente un juicio de éstas características. Por ello, apelamos a todas las organizaciones amigas para que a través de los medios que se detallan abajo puedan realizar sus donaciones y difundir en sus ciudades, pueblos y parajes para que todas y todos los que deseen ayudar puedan hacerlo.

Recuerden que queda muy poco tiempo para el comienzo del juicio (el mismo se extenderá durante uno o dos meses). Gracias por leer. Esperamos puedan difundir y colaborar reenviando este mensaje.

Un fuerte abrazo militante.

LA DISCRIMINACION MATA.

Cómo colaborar?

1- Realizando un depósito en la cuenta de la Federación Argentina LGBT
Banco HSBC
Cuenta: Federacion Argentina de lesbianas gays
Nro. Cuenta 0593 300 390
CBU 15000091-00005933003900
CUIT FALGBT 30-71033248-3

2- “Comprando” un producto solidario en Mercado Solidario
Disponible a partir del lunes 11 de julio y se puede pagar por medio de tarjeta de crédito, rapipago o pago facil

Pino y el Matrimonio Igualitario


¡Ay, Dior! El dichoso cristal con que se mira...

Hoy entro en mi muro de Facebook y lo primero que veo es una publicación de Bruno Bimbi aclarando algunos puntos que merecen ser aclarados. Transcribo a continuación lo publicado para que sea tomado en cuenta el día domingo durante la votación.


Los activistas de Proyecto Sur están diciendo en Twitter que su bloque fue "el único que apoyó unánimemente el matrimonio igualitario" y que "por eso" hay que votar a Pino. Mienten. Les explico por qué:

1) Es mentira que hayan sido el único bloque que votó unánimemente a favor: también lo hicieron el Nuevo Encuentro, el PS, el GEN, el bloque fueguino de Fabiana Ríos, Forja (radicales K), entre otros;

2) Es deshonesto decir que "por eso" (que ya aclaré que es mentira) hay que votar a Pino, porque saben que Pino jugó muy mal con relación al matrimonio igualitario desde el primero hasta el último día, aunque haya votado a favor. No es el voto lo único que cuenta;

3) Pino Solanas fue uno de los únicos líderes de bloque que se negó a recibir a la Federación Argentina LGBT antes del debate de la ley (tampoco aceptaron recibirnos Aguad, de la UCR, y Pinedo, del Pro);

4) Pino Solanas fue uno de los únicos referentes de la cultura que se negó a firmar una solicitada de apoyo a la ley (yo me encargaba de juntar las firmas y por lo tanto me hago cargo de lo que digo);

5) Yo entrevisté a Pino Solanas en Río de Janeiro en 2009, cuando él fue presidente del jurado del Festival Internacional de Cine de Río y yo estaba acreditado por el diario Crítica. Hablé personalmente con él por una hora, traté de convencerlo de que hiciera una declaración en la nota a favor de la ley y no quiso, me daba vueltas, se escapaba, no quería asumir un compromiso (ya que estamos, debo decir además que, a diferencia de Campanella, que me pareció un re buen tipo, Pino se comportó como un maleducado, fue uno de los peores entrevistados que me ha tocado, lo digo como periodista);

6) En la reunión de labor parlamentaria de Diputados, Pino se oponía a que el matrimonio igualitario estuviera primero en el orden del día, tuvo una discusión por eso con la Checha Merchán y dijo, textualmente: "el matrimonio igualitario no le importa a nadie";

7) Durante la sesión, antes de que se votara la ley, Pino quería hacer un cuarto intermedio, que por una acción coordinada entre la Federación (María se encargó de eso), Vilma Ibarra y algunos presidentes de bloque, se logró frenar. Los militantes LGBT de Proyecto Sur lo saben, porque ese día tuvieron que llamar a Claudio Lozano para ayudar a abortar esa idea de Pino Solanas, que no quería que se votara la ley esa noche.

Por todo lo anterior, que cuento con más detalles en mi libro, digo: sí, Pino Solanas votó a favor de la ley, pero en el camino previo jugó muy mal. Hubo otras personas de Proyecto Sur que militaron por la ley y se merecen nuestro reconocimiento, por ejemplo la Checha, pero no justamente Pino. No nos quieran vender un Pino que no existe ni nunca existió.

Todo bien que estén en campaña, pero los activistas LGBT de los partidos que apoyan a Pino saben muy bien cómo fue la historia, así que no es justo ni honesto que la quieran cambiar ahora. Porque los activistas que votamos a otros candidatos o apoyamos a otros sectores políticos no estamos mintiendo sobre esa historia. Al menos yo no lo hago y María, que es candidata, tampoco; quizás otros lo hagan. Yo escribí un libro de 600 páginas en el que cuento todas las contradicciones y las miserias del espacio político en el que siempre estuve, critico y cuestiono a dirigentes del partido por el que voy a votar y cuento las cosas como fueron, no endulcé ni cambié nada para favorecer a mi sector. Y lo mínimo que espero de mis compañeros de militancia LGBT que están en otros partidos es que tengan la misma honestidad intelectual y política.

Como siempre, Bruno, estoy con vos. En elecciones pasadas, voté a Pino, el mimado de "A Dos Voces", con mucha esperanza y convicción, pero su accionar de los últimos tiempos me ha decepcionado amargamente. De todas maneras, prefiero un gobierno de Proyecto Sur antes de la reelección de Mr. Mac. Pero tu aclaración me pareció justa y necesaria.

De aquí en más, que cada cual saque sus propias conclusiones y vote de acuerdo a su conciencia.


Veda Política

Según leí, a partir de las ocho de la mañana del día de hoy, viernes 8 de julio de 2011, en las frías callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires, los ciudadanos debemos entrar en la llamada veda política. Es decir que, en estos precisos instantes... uy, en estos instantes no porque al momento de escribir estas líneas son apenas las tres y cuarto de la mañana... bueno, mientras el visitante lee estas líneas (que seguro será después del mediodía), ya no será lícito tratar temas de política en el espacio público. Entonces me pregunto si esta veda rige también para los medios informáticos como los blogs o los muros de Facebook. Realmente no lo sé.

Menudo problema el que tengo por delante porque justo hoy se me dio por explayarme sobre algunos temas referentes a la política local. C’est domage, dirían los franceses. Me tendré que quedar con las ganas de enumerar, por ejemplo, las Diez Razones para NO Votar a Mr. Mac Ri (no lo nombro por si es yeta como el Turco):

1) El domingo me gustaría que la gente que asista a votar se acuerde de los kilómetros de subte que prometió Mr. Mac y de los que efectivamente hizo construir. En 2007 se preguntaba si no podíamos construir 15km por año (como Chile o como Europa). Hoy ya debería haber respondido a esa pregunta.

2) Es destacable también la desastrosa política cultural de su administración. Claro, ¿viste gordo?, porque no está bueno eso de refaccionar a medias el Teatro Colón y ponerle machimbre de segunda al piso del escenario principal. Eso no es PRO.

3) ¿Quién fue el ricachón que le alquiló el Teatro San Martín para festejar un cumple?

4) ¿Alguien se acuerda de que Mr. Mac está procesado por las escuchas ilegales?

5) Yo me acuerdo perfectamente de quién fue el primer jefe de la Metropolitana. ¿Y usté?

6) ¿Quién es Posse?

7) Cuando vayan a emitir su voto, fíjense bien en el estado de la escuela en la que les toque votar, recuerden el presupuesto para educación subejecutado y saquen sus propias conclusiones.

8) Que bueno sería que, antes de pasar a sufragar, cada votante se diera una vueltita por el hospital público más cercano para verificar que esté funcionando como es debido. Los vecinos de la zona sur, pueden pasar por el Moyano y cerciorarse de que el Gobierno de la Ciudad haya pagado la cuenta del gas. Si tiene algún pariente que sea paciente siquiátrico, con más razón.

9) A pesar de no haber interpuesto demasiados escollos a la celebración del primer matrimonio entre personas del mismo sexo, recordemos siempre que el tipo es homófobo y misógino hasta los tuétanos, según lo atestiguan sus propias declaraciones en artículos de AG Magazine, que yo mismo he publicado en el muro de mi Facebook en esta semana, y otros de dominio público.

10) Ya sabemos que no fue al debate que organizó la UBA porque los chicos de derecha no van a la universidad a hacer política pero... ¡este quía no hace política ni cuando va a cagar! (¿o será justamente en esa circunstancia cuando se le ocurren ideas brillantes como las bicisendas?). Muy linda la anécdota que contó en el programa de la Su, de cuando se tragó el bigotito en el casamiento. Lo pinta de pies a cabeza.

Y la verdad que se podría seguir. Pero como estamos en veda y no se debe hablar ya de estas cosas, mejor me las guardo. No sea cosa que gane, se envalentone, organice una UCEV (Unidad de Control del Espacio Virtual) y me tiren el blog por la Windows. Por si acaso, este artículo se autodestruirá dentro de cinco segundos. Al igual que estos afiches:























Esto ha sido todo por hoy. Desde las frías callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que (aun teniendo su corazoncito en uno de los candidatos) será muy feliz el día domingo si este coso pierde en primera vuelta. Gane quien gane, es imposible que alguien pudiera hacerlo peor.



miércoles, 6 de julio de 2011

Contra el aborto y a favor de la ley


Hay temas (muy pocos) que son verdaderas divisoras de aguas. Hablo de esas cuestiones tan controvertidas sobre las cuales difícilmente se alcance un consenso alguna vez y cuya resolución deba conformarse con una legislación que abarque lo más ampliamente posible los criterios de la sociedad. Como he dicho, son muy pocos y me vienen a la mente solamente dos: la pena de muerte y el aborto (que para muchos pueden resultar un solo tema).

Esta semana, una vergonzosa campaña publicitaria a cargo de la modelo Natalia Fassi ha reavivado la polémica alrededor de la interrupción voluntaria del embarazo. Y tal vez sea esta su única virtud. La imagen de la modelo, embarazada según ella de ocho meses, banaliza la cuestión y apuesta al golpe bajo mostrándose en posiciones sensuales, clavándose jeringas en la panza, con sangre chorreando entre las piernas y expresión de incomprensible gozo. Detrás de esta campaña, además, se erige la figura de la inefable diputada nacional Cynthia Hotton, a quien muchos recordarán por su enconado rechazo a la Ley de Matrimonio Igualitario aprobada el 15 de julio de 2010. Sin querer ser prejuicioso, creo que bien poco podíamos esperar de esta dupla, razón por la cual lo mejor que podemos hacer como sociedad es pasar por alto la provocación y concentrarnos en el verdadero desafío que representa hallar una solución para este asunto que afecta a tantas personas en todo el mundo.

Inspirado por el anuncio de la campaña, recordé un antiguo monólogo a cargo del comediante norteamericano George Carlin en el que, con humor irreverente y políticamente incorrecto, se ridiculiza a los autodenominados “pro-vida”. Entusiasmado por las ocurrencias del actor, publiqué el video en el muro de mi Facebook y copié a continuación las frases más ingeniosas del monólogo. Claro que mi intención no era la de generar un debate (poco serio sería hacerlo en el muro de una red social de internet) pero una respuesta bastante atinada de un querido amigo (opositor a una legislación favorable respecto del aborto) me da el pie para ponerme serio. Transcribo a continuación una edición de los argumentos de mi amigo:
“...Cuando hay un aborto "seguro", el que muere es el bebé, no la mujer; cuando se deja el embarazo seguir su curso, la mujer tampoco muere, pero el bebé vive; así que en las dos opciones, en al menos una muere el bebé, pero en ninguna muere la mujer. Claro que en un aborto clandestino, pueden morir ambos. Uno de ellos, seguro: el bebé. Así que, en todas las posibilidades, el que más probabilidades tiene de morir es el bebé, no la mujer. Es verdad que la mayoría de los que están en contra del aborto acá y en EE. UU. son hipócritas conservadores, reaccionarios, que a la vez que están en contra del aborto están a favor de la pena de muerte, de la tortura, y de iniciar y sostener guerras por doquier, pero la calidad de estas personas no hace mella a los argumentos anti-abortistas”. “El comediante se burla de los argumentos a favor de decir que el feto es un ser humano; la pregunta es: si un recién nacido es un ser humano, ¿por qué no lo era 5 minutos antes cuando estaba en la panza de la madre? Me dirás: "5 minutos antes es un ser humano, pero 3 meses antes no"; y yo te pregunto: ¿y por qué 3, 4 o 5 meses antes no es un ser humano, y después sí? ¿Qué es lo que hace que un feto pase de ser no-humano a ser humano? Nunca oí ni leí a un abortista explayarse acerca del cuándo, el cómo y el por qué un feto pasa de no ser humano, a serlo. En cambio, el anti-abortista sí tiene una respuesta clara acerca de cuándo comienza la vida humana: en la concepción. Y esto es así porque en la concepción suceden DOS hechos trascendentales: 1º se unen el ADN de la madre (óvulo) y el ADN del padre (espermatozoide) y forman un NUEVO y ÚNICO adn: el del niño por nacer. Este adn, que se forma en esa mismísima, primera y única unión de los gametos, es el mismo y único adn que tendrán todas las células del cuerpo ya crecido”. “2º en el momento de la concepción, se INICIA un PROCESO de crecimiento, IRREVERSIBLE, que, en el vientre materno, durará 9 meses, y luego continúa fuera de él”. “En resumen, el problema central sigue siendo dónde comienza la vida humana; los anti-abortistas damos una respuesta basada en los hechos comprobados científicamente; los anti-abortistas NUNCA hablan acerca de en qué momento comienza la vida humana”. “Tenemos que procurar que haya una muy buena educación sexual pública y gratuita, y reparto gratuito y asesorado de anti-conceptivos, además de la lucha contra la pobreza. Pero no creo que la solución para un aborto "mal hecho" sea legalizarlo, para que sea seguro, porque, en los dos casos, es mortal para el bebé. Con legalizarlo salvamos una sola vida, y legalizamos la muerte provocada de otra, la más inocente e indefensa. Tenemos que evitar que haya abortos, de ningún tipo; legalizándolo no lo lograremos. Te mando un abrazo”.
Recalco el criterio muy respetable de tales argumentos, alejado por completo de una visión mística y confesional (lo que se agradece). Sin embargo, yo acotaría que no todas las personas que se oponen a una ley que permita la interrupción voluntaria del embarazo son capaces de argumentar sin recurrir al mandato divino. Al igual que ha sucedido ya en otros temas polémicos, suelen optar por imponer su propia visión del mundo, o sea sus propios prejuicios. No es este el caso, por fortuna, aunque humildemente me atreveré a resaltar la existencia de algunos supuestos dignos de ser comentados.

En primer lugar, necesito dejar en claro que abogar por la legalización del aborto no es lo mismo que ser “abortista”. Esta es una confusión que muchos malintencionados (no creo que sea el caso de mi amigo) usan a modo de chicana para desacreditar nuestra postura. No puedo hablar por todos pero, tanto en mi caso como en el de la mayoría de las personas cercanas que comparten mi parecer, al bregar por una ley favorable no estamos haciendo apología del aborto. Salvando las distancias, eso es como decir que a partir de mi apoyo a la ley de divorcio quiero que todas las parejas den por terminado su contrato matrimonial, o que por haber celebrado la ley de Matrimonio Igualitario postulemos que, de aquí en más, todo el mundo debe casarse exclusivamente con personas de su mismo sexo. Lejos de ser una inocente confusión, estos juegos de palabras son armas afiladas por algunos grupos fundamentalistas que muchos enarbolan al descuido y que han servido históricamente para alertar sobre catástrofes sociales que nunca se produjeron. YO NO ESTOY A FAVOR DEL ABORTO. Simplemente creo que sería maravilloso que existiera una manera de EVITAR que una mujer tome la decisión de interrumpir un embarazo, pero lamentablemente eso es una utopía. No obstante, para mí y para la mayoría de los seres humanos, será de júbilo el día en que alguien pueda demostrar que estoy equivocado. Mientras tanto, por detestable que pueda resultarnos la idea, los abortos existen y van a seguir existiendo, aun en contra de las legislaciones punitivas y las campañas publicitarias. Ni siquiera en los países donde los abortos son legales y están complementados por una educación adecuada y un libre acceso a los métodos anticonceptivos se ha podido erradicarlos. La diferencia es que, en esos países, al menos no muere la madre.

Otro punto que quisiera comentar es el de suponer que “el problema central sigue siendo dónde comienza la vida humana”. No soy tan necio como para no admitir la veracidad de los hechos que mi amigo relata con tanto detalle y claridad. Pero lo que él pasa por alto es la posibilidad de que muchos consideremos que el “problema central” pasa por otro lado. Por supuesto que soy consciente de que todo aborto implica necesariamente el cercenamiento de una vida. ¿Cómo negarlo? Si no fuera así, no habría conflicto. El caso es que mi abordaje del tema incluye también la certidumbre de que se trata de una situación límite de la que nadie debería sentirse orgulloso pero a la que anualmente llegan cientos de miles de mujeres sumidas en la desesperación. En Latinoamérica, más de 20.000 mujeres mueren por año a causa de abortos clandestinos. Sería muy sencillo llegar a un acuerdo si el nudo de la cuestión fuera algo tan evidente como determinar el momento en que comienza la vida. Eso lo aprendí en la adolescencia con el libro de texto de Dos Santos Lara. El problema central, a mi criterio, es de carácter social y no científico.

La experiencia personal me ha demostrado que ninguna mujer toma alegremente la decisión de abortar. Para todas las que conozco se trató de una cuestión que marcó sus vidas para siempre. Las razones por las cuales se llega a semejante dilema son variadas: violaciones, métodos anticonceptivos mal empleados, la imposibilidad de negociar el uso de un preservativo, desesperación ante el abandono de su compañero, un descuido y un larguísimo etcétera. Muchas de ellas se hacen eco de la tradición que las relegó durante siglos al hecho de ser una mera matriz destinada a la procreación y se sienten miserables por desechar una maternidad impuesta desde la cultura, razón de ser y fin último para toda mujer que se precie. Para la gran mayoría de las mujeres, el aborto es una situación límite que les echa encima las cargas y los errores del pasado de cara a un futuro incierto. Y son el poder de esa incertidumbre, unido a la humana búsqueda de la dignidad, los que terminan inclinando la balanza, aun a costa de la propia vida. Y un dato insoslayable: tanto el ansia de dignidad como la incertidumbre aumentan cuanto más abajo se está en la escala socioeconómica. Porque no nos engañemos: el planteo ético-moral sería INDISCUTIBLE si no fueran solo las mujeres pobres las que mueren, aquellas que no tienen los medios necesarios para “deshacerse” del problema a cambio de una pequeña fortuna que pasa a alimentar los bolsillos de tanto granuja aprovechado. En el Paraíso Terrenal esta polémica no tendría razón de ser. Pero estamos en el mundo real. Tan real que, a pesar de contar con un Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, el mismo se ve entorpecido por mentes obtusas que, encarnadas en algunos médicos, docentes, jueces, funcionarios y autoridades civiles (guiados exclusivamente por sus creencias o intereses personales y por la injerencia impertinente de algunas religiones) alimentan la ignorancia y profundizan la desigualdad de oportunidades.

Lo terrible es que, mientras nosotros discutimos, las mujeres pobres se siguen muriendo.

Como tantos otros, yo no me considero un dios, me declaro incapaz de encontrar una solución perfecta y ni siquiera me animo a imaginarme en la piel de una mujer que se enfrenta a una situación tan crucial. Queda claro que las mujeres abortan y lo seguirán haciendo a pesar de las campañas, de las opiniones en contra y de la amenaza de una sanción penal. Como seres humanos que somos, solo podemos aspirar a lograr una disminución sustancial de los casos que se presentan actualmente y a una fuerte penalización de quienes se aprovechan de la desesperación y el desamparo o incumplen lisa y llanamente con lo que estipula la ley. Esto último se puede conseguir con la implementación efectiva de una legislación acorde. Lo primero, con adecuada educación sexual o con anticoncepción de emergencia (para las situaciones de violencia que terminan en embarazos no deseados).

Desde hace años, las organizaciones que trabajan en favor de la legalización del aborto libre y gratuito enarbolan una proclama que es mucho más que un slogan: “Educación sexual para poder elegir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Ojalá todos pudieran asimilar el verdadero significado de esta propuesta que es, en sí misma, muy concreta y comprensible.

Esto ha sido todo por hoy. Desde las frías callecitas de la siempre misteriosa Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Aires se despide Víktor Huije, un cronista de su realidad que no cree en verdades absolutas, sino apenas en las humanamente posibles.


Novelas de Carlos Ruiz Zafón